Los palestinos, inquietos y desilusionados

Los palestinos están desilusionados e inquietos, tras los resultados de las elecciones celebradas en Israel el pasado martes y ante la posibilidad de que se forme un Gobierno nacionalista-religioso dirigido por la coalición Likud, del primer ministro Isaac Shamir. El Likud obtuvo 40 escaños, y cuatro de los partidos religiosos lograron 18. Los laboristas, por su parte, consiguieron 39."Todo iba ya mal para nosotros, esto será peor", suspira una joven palestina en una tienda de Sheíkh Djara, en Jerusalén este.

[El próximo Gobierno israelí comenzaba a perfilarse ayer, tras las negociaciones del Likud con los partidos religiosos. El Likud se reservará, al parecer, los tres ministerios clave -Defensa, Finanzas y Asuntos Exteriores-, mientras que los partidos religiosos obtendrán los de Interior y Educación, según fuentes próximas al Likud, informa France Presse. Las mismas fuentes agregaron que el nuevo Gobierno, que debe sustituir al actual de unidad nacional entre el Likud y los laboristas, estará formado "en cuestión de días".]

"Hasta ahora, Isaac Rabin [actual ministro de Defensa] nos tenía cogidos por el cuello. Ariel Sharon [probable integrante del próximo Gabinete] tratará de estrangularnos", afirma un viejecito sentado sobre una silla delante de su casa.

"Yo no estoy desilusionado, por el contrario", afirma un joven palestino, "jamás he creído que podamos entendernos con Israel. Cualquiera que sea quien esté en el poder. Ahora, al menos, todo parece claro. Los judíos han elegido a Shamir, tanto mejor. Si Simón Peres [líder laborista y actual ministro de Exteriores] hubiera ganado, hubiera continuado confundiendo al mundo con sus frases ambiguas sobre su voluntad de paz. Ahora, Shamir ha ganado, y todo el mundo sabe lo que eso significa. La intifiada [revuelta palestina en los territorios ocupados] se va a intensificar hasta que las potencias, desde Estados Unidos hasta Europa, comprendan que deben forzar a Israel a retirarse de los territorios palestinos". [Once palestinos resultaron ayer heridos en choques con el Ejército en Cisjordania, según France Presse.]

Para Heider Abdul Shaafi, presidente del Creciente Rojo en Gaza, es la política "anibigua, hipócrita" de los laboristas lo que les ha perdido: "¿Cómo pueden inspirar confianza cuando tienen en una mano una rama de olivo (Peres) y en otra un gran garrote (Rabin)?", se pregunta.

Peor, casi imposible

Mustafá Natsche, ex alcalde de Hebrón, depuesto por las autoridades militares israelíes, no teme demasiado por el futuro. "Nuevos impuestos, nuevas restrícciones, nuevas colonias judías en Cisjordanía posiblemente", dice. Y agrega: "Los israelíes, sean del Likud o del Partido Laborista, saben que no estamos cortados del mundo. Todo atropello a los palestinos se convierte en un hecho desfavorable para Israel ante la comunidad internacional. De todos modos, vivimos ya en tan malas condiciones que es dificil imaginarlas peores".

Hanna Siniora, redactor jefe del periódico palestino El Fajr, teme que la formación del Gobierno de Shamir aumente los peligros de guerra, y recuerda que los partidarios de la expulsión en masa de los palestinos son "más numerosos de lo que se cree en la derecha israelí y sin duda también en los partidos religiosos". Siniora teme asimismo la tentación de "soluciones rápidas -tal vez una matanza- ante la irritación de la intifada".

Siniora se pregunta si un Gobierno del Likud no va mejor que un Gobierno laborista débil o un Gobierno de unión nacional 1inpotente, paralizado". "Hay, tal vez, un ligero rayo de esperanza de que Shamír siga el ejemplo de Menájem Beguin y tenga el coraje de afrontar el problema palestino, como Beguin ha afrontado la necesidad de evacuar el Sínaí. Lo que Israel necesita es un De Gaulle israelí...'.