La crisis del socialismo portugues

La familia socialista está preocupada con - la crisis abierta en el Partido Socialista Portugués (PSP). La coincidencia de la cumbre hispano-portuguesa con la dimisión del secretario general del PSP no podía dejar de traer algunas complicaciones al presidente del Gobierno español que sabía que le era imposible evitar que sus palabras y actitudes fuesen seguidas con especial interés por parte de quienes, en Portugal, ven en él también el líder del PSOE y un influyente dirigente de la Internacional Socialista.Los contactos que matuvo el presidente del Gobierno español con los protagonistas, reales o supuestos, de la gran crisis del socialismo portugués fueron los establecidos previamente en el programa oficial de la visita: el almuerzo con el presidente de la República, Mario Soares, en el palacio de Belem (con la «justíficación" suplementaria de la visita oficial que el Rey "desea" realizar a Portugal el año próximo) y el protocolar encuentro con los líderes de los grupos parlamentarios, en la Asamblea de la República, en el que la representación del PSP fue encabezada por Jorge Sampaio, uno de los lugartenientes de Vítor Constancio y uno de los cuatro supuestos candidatos a la sucesión.

Pero a la salida del hemiciclo, Felipe González ya no pudo evitar el abrazo conmovido de tres "históricos" del PSP, Raul Rego, Manuel Tito de Morais y Manuel Alegre, que le esperaban, solos, en medio de los periodistas.

El encuentro previsto con el secretario de la UGT, Torres Couto, que estaba destinado a ser la contrapartida de la visita del presidente del Gobierno español a la Asociación de Empresarios Portugueses (AIS), fue anulada a última hora con el pretexto de falta de tiempo.

Vítor Constancio fue el gran "ausente" de la cumbre, enteramente ocupado con los problemas internos de su partido.