Hassan II canceló su viaje oficial nada más conocer la votación española en la ONU a favor de Argelia

JAVIER VALENZUELA, La decisión de aplazar indefinidamente su primera visita oficial a España la tomó Hassan II en la noche del pasado martes, nada más conocer la noticia del voto español favorable a la resolución argelina sobre el Sáhara, han informado a EL PAÍS fuentes marroquíes. El enfado del monarca fue tal que no acudió a una cena en honor de un miembro de la familia real británica, según se comentó en la capital del reino jerifiano. El primero en enterarse de la decisión del monarca parece haber sido su embajador en Madrid, que la comunicó antes a la Prensa que al Gobierno español.

La diplomacia española seguía ayer sin comprender los motivos del disgusto del monarca, puesto que afirmaba que la intención del voto español había sido notificada a los ministros marroquíes del Interior, Dris Basrí, y de Exteriores, Abdelatif Filali, y durante los tres últimos días, cuando ya se presagiaba la suspensión de la visita, estos ministerios seguían ultimando los detalles del viaje con la embajada española en Rabat. La prensa marroquí mantenía un silencio casi total respecto a la posición española en la cuarta comisión de la ONU.Nada de eso es extraño en Marruecos, donde Hassan II reina y gobierna. El monarca es al mismo tiempo un estadista de reconocido prestigio internacional y un hombre de imprevisibles cambios de humor.

Uno de los problemas actuales entre Marruecos y España estriba en la incomprensión general en el reino jerifiano de la diferencia entre los poderes de su monarca y el español. En la tarde del pasado jueves, un diplomático español sostuvo en Rabat una conversación muy significativa al respecto con un colega marroquí. "¿Por qué el rey Juan Carlos no telefoneó al representante español en la ONU para que cambiara su voto?', preguntó sinceramente extrañado el marroquí.

Hassan II pensaba que el Gobierno español tenía este año buenos motivos para abstenerse en la votación en la ONU. La cortesía debida ante la inminencia de su visita; el cambio de situación en el conflicto del Sáhara representado por la mediación de Pérez de Cuéllar, y la postura abstencionista de la gran mayoría de los miembros de la Comunidad Europea, eran "las coartadas que podía haber empleado esta vez España", en palabras de un portavoz del Ministerio de Información marroquí.

Joaquín Ortega, embajador de España en Marruecos, recibió la confirmación oficial de la noticia del aplazamiento en la noche del jueves al viernes. El ministro de Asuntos Exteriores le informó verbalmente "el aplazamiento y le anunció que en los días próximos un emisario personal de Hassan II explicará en Madrid las razones de esa decisión.

El viaje de Yáñez

El embajador de España recibió ayer en Fez a Luis Yáñez, secretario general para la Cooperación, que participó en la apertura de un congreso sobre el peligro que las plagas de langgsta suponen para el norte de Africa. En ese viaje, la diplomacia española tenía puestas sus últimas esperanzas de hacer cambiar la decisión del monarca. Pero cuando Yáñez voló hacia Fez ya era oficial la noticia del aplazamiento.

El ambiente en la embajada española en Rabat era ayer de absoluta desolación. El embajador y el resto de los diplomáticos llevaban meses preparando una visita que supondría, como dijo uno de ellos, "la esplendorosa guinda a la tarta de las excelentes relaciones actuales entre ambos países".

Hassan II recibió en Fez en la tarde de ayer a los miembros de la comisión política que elabora las bases institucionales de una futura unidad de los cinco países del Magreb. Fuentes españolas han subrayado la contradicción entre el enfado del soberano con el Gobierno español y la acogida dada a los representantes de Argelia, Túnez, Libia y Mauritania, países todos ellos que apoyaron la resolución de la ONU que pide a Rabat conversaciones directas con el Frente Polisario.

"No podemos negar la hospitalidad en nuestra tierra a los hermanos magrebís, con los que, pese a las diferencias sobre el Sáhara, nos unen una lengua, una cultura, una religión y una historia compartidas", afirmó ayer un influyente periodista marroquí. El problema con España, dijo, es diferente. "Se trata de desplazarse a un país que ha invitado al rey Hassan II y que tiene por tanto unos deberes de cortesía". España, subrayó el periodista, "no pertenece al Magreb árabe sino a Europa; es sólo un vecino, y a un vecino se le pide que no se inmiscuya en los asuntos de la familia".

Ataques de la Prensa

A partir de hoy, la Prensa marroquí comenzará a publicar artículos contra la posición española en la ONU. Los responsables de los principales diarios marroquís recibieron ayer luz verde de las autoridades para emplear contra el Gobierno de Madrid su artillería más pesada.

"El único ganador de este conflicto es Francia, que a diferencia de España, ha sabido siempre mantener buenas relaciones con la monarquía marroquí", afirmó ayer un economista hispanófilo rabatí. La agencia AFP de Rabat difundió ayer un despacho en el que se informa que Francia sigue siendo el principal cliente y proveedor de Marruecos, con un total de intercambios tres veces superior al que sostiene España con el reino jerifiano.