Seis meses de prisión para un mecánico dental por ejercer de dentista sin título
La Audiencia de Lérida ha condenado al protésico dental Jaime Ruestes Escoli, de 46 años, vecino de Urida, a la pena de seis meses y un día de prisión como autor de un delito de intrusismo en grado de consumación. El procesado, para quien el fiscal solicitó nueve meses, fue denunciado por el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña por realizar arreglos dentarios a varias personas sin tener el título correspondiente.
La sentencia declara probado que el acusado, protésico dental que tiene su taller en Lérida y realiza trabajos para varios dentistas, efectuó durante el segundo trimestre de 1985 diversos arreglos dentarios, prótesis móviles, fracturas y colocación de ganchos a varias personas de la localidad de La Fuliola, donde no había ninguna consulta de odontólogo.El procesado, según la sentencia, llegó a efectuar alguna de las reparaciones en el domicilio de los clientes, percibiendo por su trabajo la correspondiente remuneración, y otras en su domicilio de Lérida. Para captar clientes, Ruestes colocó un cartel en una panadería de La Fuliola en el que ofrecía sus servicios y facilitaba su número de teléfono para que los pacientes contactaran con él.
Durante el juicio oral, celebrado el pasado viernes, el acusado, que es también profesor de yoga, negó que se desplazara dos días a la semana -martes y viernes- a dicha localidad y señaló que algunas de las reparaciones realizadas en prótesis las envió a los pacientes con un mensajero.
A preguntas del fiscal, Ruestes señaló que los conocimientos científicos necesarios para trabajar con prótesis dentales los había adquirido con la práctica y que estaba seguro de no haber incurrido en ningún delito de intrusismo porque dominaba a la perfección la técnica de su trabajo. "Esta es una profesión en la que se aprende más trabajando que estudiando", dijo.
Un perito dentista citado como testigo por la acusación particular consideró que la actuación del acusado fue temeraria al enviar una prótesis reparada por un mensajero, ya que en su opinión es esencial el control directo del dentista en el arreglo y colocación de prótesis. "Una pieza mal colocada", dijo, "puede provocar otro tipo de problemas, secuelas y dolencias graves".
El tribunal basa la condena, entre otras pruebas, en este informe pericial emitido sobre cuestiones relacionadas con la profesión odontológica y por haberse comprobado el contacto personal y directo entre el procesado y sus clientes. La sentencia señala que "en estos encuentros el acusado vio la boca de algunos de sus pacientes y con ello realizó actos de diagnóstico y otros propios de la profesión de odontólogo".
Caso absuelto
Este tribunal absolvió el mes de julio del mismo delito a otros dos protésicos, María Carmen Sanjuán y Antonio Planes, que fueron denunciados por el mismo colegio. En aquella ocasión, los procesados fueron acusados de haber realizado varias reparaciones y composturas de prótesis dentales, durante 1985, a vecinos de Belianes.El tribunal dictó una sentencia absolutoria porque los procesados actuaron "de manera aislada, sin realizar verdaderas operaciones de preparación, confección y colocación de piezas o prótesis dentarias postizas mediante el simple sistema de pegar o sustituir alguna parte dañada de las mismas, y ello por mera liberalidad y sin cobrar"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.