Adiós a McQueen y un inédito Elvis

Cazador a sueldo no pasaría de ser un thriller de mucha acción, golpes y persecuciones soldado por sopletes telefilmescos al uso -y director ex perto en televisión es Buzz Kulik, que firma su puesta en escena-, si no fuera la última película interpretada por el actor Steve McQueen, una leyenda del cine hoy bastante olvidada, pero en su momento significativa.

Recordemos que su primera intervención cinematográfica fue al lado de Paul Newman en Marcado por el odio, en el papel -un pequeñísimo papel- de un joven gamberro de callejón oscuro. McQueen, sin embargo, pronto pasó- en las películas Cuando hierve la sangre y Los siete magníficos le dieron los primeros papeles secundarios que le terminarían encaminando a la fama- a componer su personaje de chico algo marginado, algo rebelde. Ahí están las películas La gran evasión, El rey del juego, Nevada Smith o Bullitt para demostrarlo. O sus dos interpretaciones, francamente memorables, a las órdenes de Sam Peckimpah en los filmes Junior Bonner y La huida.

Despedida

Cuando rodó Cazador a sueldo, la película que hoy se proyecta, Steve McQueen estaba ya enfermo y era consciente de su despedida de las pantallas. Se nota. Pese al insustancial trazo psicológico de su personaje -encarna a un cazador de recompensas al viejo estilo sólo que un siglo desplazado-, el actor brinda un auténtico catálogo de su carisma, simpatía y agradable dureza, rasgos que hubieran podido hacer de él un nuevo Gary Cooper.

Varios episodios de la vida profesional de ese cazador de recompensas, sazonados con la tranquila aparición de su vida conyugal -agudo contraste en el que vemos a Steve McQueen y a su compañera, una maestra embarazada, escuchando música clásica o jugando plácidamente al ajedrez cuando el verdadero juego del muchacho es lanzarse a 200 por horas en su coche por las calles de la ciudad- nos son dados a contemplar en la película sin que haya en ella nada más allá de su presencia, una auténtica presencia cinematográfica. Para hallar valores plásticos y de otra índole habría que echar un paso atrás en su filmografia, hacia la estupenda película Tom Horn.

Cuatro o cinco números

La ración presleyana de hoy, dentro del ciclo que se dedica a la estrella del rock, es una apoteosis musical y también militar. La película G I Blues aprovecha los auténticos días de servicio militar que Elvis Presley cumplió en Alemania, y en concreto sus últimos días, para crear una ficción destinada a sus incontables fans.

La comedia -que parte de una historia original de Kenyon Nicholson y Charles Robinson, de 1933, ya llevada anteriormente a las pantallases inocua, pero cuatro o cinco números valen la pena, básicamente por la estrella.

Es un filme para realizado para gustar a los seguidores de Elvis y permitir el lucimiento de la estrella en sus aventuras mientras se empeña en abrir su propia sala de fiestas, ligarse a una estrella del cabaré o actuar de animador en un club nocturno.

Cazador a sueldo se emite a las 22.35 por TVE-1, y G I Blues, a las 18.00: por TVE-2.