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Dukakis, contra reloj para recuperar terreno

A menos de tres semanas del día D en las presidenciales norteamericanas, y con unos sondeos de opinión cada vez más favorables al candidato republicano, George Bush, la pregunta, que obsesiona a los responsables demócratas se reduce a una: ¿puede Michael Dukakis remontar en tan escaso tiempo una corriente de opinión que, de hacer caso a los sondeos, proporcionará al Partido Republicano su tercera victoria presidencial consecutiva?

El panorama para el gobernador de Massachusetts no es ciertamente alentador. La última encuesta publicada esta semana por la cadena de televisión NBC y el influyente diario Wall Street Journal coloca a Bush 17 puntos por encima de Dukakis en el nivel de aceptación popular.Es cierto que el muestreo se llevó a cabo durante el fin de semana pasado, a raíz del segundo y último debate televisado entre los dos candidatos presidenciales, que terminó, en opinión de todos los analistas políticos, con una clara victoria de Bush.

Pero no lo es menos que, en ese debate, Dukakis perdió una oportunidad de oro para hacer llegar su mensaje a una audiencia de más de 60 millones de personas durante más de hora y media de debate.

Ante la tajante negativa de George Bush de comparecer en otro debate público, el candidato demócrata no dispone de otra arma para convencer a los indecisos que las apariciones personales en los mítines y la cobertura informativa que las cadenas televisivas dedican a la campaña en sus noticiarios, que nunca suelen pasar de unas cuantas frases pronunciadas por los candidatos en los actos electorales.

Demasido poco para tan escaso tiempo.

Los demócratas han decidido quemar las naves en estos últimos días para intentar dar la vuelta a la campaña.

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Para ello están concentrando todos sus esfuerzos en los grandes Estados de tradición demócrata con la esperanza de asegurarse los suficientes votos en el colegio electoral que permitan a Michael Dukakis la victoria final

Situación desesperada

La situación es tan desesperada que los estrategas del gobernador de Massachusetts han decidido reforzar sus equipos en los Estados claves con 1.200 voluntarios procedentes de Boston e incorporar a la campaña a los especialistas que estaban planificando el traspaso de poderes en Washington en el caso de una victoria demócrata.Dentro de esta línea de concentración de esfuerzos en unos pocos Estados, Dukakis ha recorrido en los últimos días Ohio y Michigan para llevar su mensaje, principalmente, a unas poblaciones fuertemente afectadas por las pérdidas de puestos de trabajo como consecuencia de la recesión y de las importaciones extranjeras.

Bienestar colectivo

"En los primeros cuatro años de Administración Dukakis-Bentsen", dijo el candidato demócrata en Kalamazoo (Michigan), ante una audiencia de obreros industriales, "vamos a convertir el déficit comercial en superávit y a recuperar los puestos de trabajo perdidos".Poco después, en una parada en Saginaw, también en Michigan, volvió a tocar uno de sus temas favoritos: la preocupación demócrata por el bienestar colectivo frente al favoritismo republicano de unos pocos. "Bush quiere ayudar a los que han triunfado. Yo quiero ayudar a que cada familia americana pueda triunfár", dijo.

Por su parte, la preocupación republicana es de un signo completamente distinto a la de los demócratas.

Para Bush y sus estrategas, el peligro es que, confiados en las encuestas, muchos de sus partidarios consideren la elección decidida y, por tanto, no acudan a los colegios electorales.

. En un discurso sobre política exterior pronunciado en el Westminster College en Fulton, Missouri, el mismo escenario en el que el fallecido ex primer ministro del Reino Unido Winston Churchill acuñó en 1946 el ya célebre término telón de acero para referirse a la frontera entre el mundo comunista y la Europa libre, George Bush advirtió que "las encuestas pueden ser engañosas. Ninguna elección ha terminado hasta que realmente ha terminado", dijo.

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