Mutismo sobre la reunión de Corcuera con los delegados, del País Vasco y Navarra

El ministro del Interior, José Luis Corcuera, y el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, se reunieron ayer en San Sebastián con los delegados del Gobierno en la comunidad autónoma vasca y en Navarra y con los gobernadores civiles de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. La reunión, a la que también asistieron los máximos responsables de la Guardia Civil y de la policía, se desarrolló entre la una y las tres de la tarde en el Gobierno Civil, y su contenido no ha trascendido.

Al descender del avión que le trasladó, pasadas las doce de la mañana, hasta el aeropuerto de Hondarribia, José Luis Corcuera indicó que iba a la capital donostiarra para participar en una "rutinaria reunión de trabajo". Tampoco los portavoces del Gobierno Civil de Guipúzcoa se mostraron ayer más explícitos, ya que se limitaron a indicar que en la reunión se habían abordado cuestiones propias de la lucha antiterrorista. El mutismo caracterizó igualmente el comportamiento de los altos cargos de Interior en su regreso al aeropuerto.

Por otro lado, el secretario general de Euskadiko Ezkerra (EE), Kepa Aulestia, considera necesario que las fuerzas políticas democráticas eliminen de su vocabulario el término "negociación con ETA". Kepa Aulestia afirma, en un documento que será debatido este sábado por el comité nacional de su partido, que "se equivocan o actúan de mala fe quienes creen que la organización terrorista sigue una estrategia concreta o actúa impulsada por unos objetivos históricamente saciables".

Doble lectura

En su documento, el secretario general de EE alude a la doble lectura que se hace del término negociación", limitada a la excarcelación de los presos tras el cese de la violencia, tal y como defienden las fuerzas democráticas vascas, en oposición a la "negociación política" sobre la alternativa KAS, que exigen ETA y HB, y señala que el simple uso de esa palabra da argumentos a los que se sirven de la violencia.A su juicio, los demócratas debenhacer ver a ETA y a su en torno que no habrá "un día después para la paz", y que el futuro interlocutor no será la organización terrorista como tal, sino cada uno de sus miembros que se acojan a las medidas de reinserción. "La actuación de ETA", dice, "no es más que la pura inercia de quien pretende lograr a través de la violencia las condiciones que permitan la perpetuación de la propia violencia". El secretario general de EE indica que no basta con afirmar que desde un punto de vista estrictamente democrático no cabe negociación política con ETA, sino que "nadie, desde el seno del bloque democrático, puede titubear al respecto, y mucho menos el Gobierno del Estado".