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El Gobierno de Rocard, asediado por las huelgas

El Gobierno de Michel Rocard afronta la semana más difícil desde su toma de posesión a causa de la extensión del movimiento huelguístico en el sector público. Sin resolver aún el conflicto del personal hospitalario francés, que dura ya tres semanas, el sindicato comunista Central General del Trabajo (CGT) protagonizó ayer, primer día del debate de los presupuestos del Estado, una "jornada nacional de acción", y para mañana está prevista una huelga de la función pública convocada por otros seis sindicatos.

Frente a la generalización de las huelgas, en demanda de mejoras salariales, el Gobierno insiste en mantener su política de rigor económico y de contención de la inflación. Pero los electores de izquierda, en general, y en particular los trabajadores de los servicios públicos, donde el partido socialista cosecha gran cantidad de votos, exigen a un Gobierno de izquierda un cambio de política económica más favorable a sus intereses.La convocatoria de una huelga nacional de esta importancia en la función pública no se conocía desde 1984, aunque se habían producido movilizaciones menores en octubre de 1986 y en octubre de 1987. Sin embargo, una de las características del movimiento es la división sindical. La CGT convocó ayer en solitario, mientras que la central socialista CFDT y otros cinco sindicatos lo hacen mañana.

Los paros en la jornada de ayer afectaron fundamentalmente a los transportes públicos (trenes, metro y ferrocarril suburbano de París y de otras ciudades), a la compañía de electricidad y a correos. El metro de París funcionó en un 85% por la mañana, pero el servicio fue reduciéndose progresivamente a lo largo del día, con un 50% de paralización a primera hora de la tarde. La incidencia fue mayor en las horas punta de media tarde. Algunas regiones francesas sufrieron también cortes esporádicos de suministro eléctrico y se esperan retrasos en el servicio de correos en los próximos días a causa de la huelga, en la que ayer participó un 6,3%. de los empleados. En los ferrocarriles el porcentaje fue del 14%.

Repercusiones

Las repercusiones en los usuarios no fueron excesivas, aunque se produjeron numerosos colapsos de tráfico en las entradas y salidas de París, donde la CGT celebró una manifestación que reunió a 15.000 personas, según la policía, y a 100.000, según el sindicato comunista.Pese a la escasa participación -sólo paró un 6,4% de los funcionarios, según datos del Gobierno-, el secretario general de la CGT, Henri Krasucki, declaró que la central comunista se uniría al resto de los sindicatos en la jornada de mañana. Además de a los trabajadores de correos, electricidad y ferrocarriles, convocados por la CFDT, Force Ouvrière (FO) y las organizaciones de funcionarios, la huelga afectará mañana también a la enseñanza.

El conflicto más largo y espinoso, el del personal hospitalario, se desarrolla en buena parte al margen de las direcciones sindicales, encabezado por una coordinadora que logró ser recibida el pasado viernes, a las tres de la madrugada, por el propio primer ministro.

En este panorama, la oposición intenta sacar tajada. François Léotard, dirigente de la Unión por la Democracia Francesa (UDF), ha pedido que abandonen el Gobierno los ministros centristas que aceptaron participar en la apertura de Rocard.

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