Las autoridades investigan las primeras 'muertes clandestinas' de caballos apestados
La aparición de una nueva epidemia de peste equina africana se da ya como segura en círculos hípicos, a falta de la confirmación oficial del Ministerio de Agricultura, que dará hoy a conocer los resultados de los anídisis. Mientras, José Romero, veterinario de la urbanización Las Lomas, en Vejer de la Frontera (Cádiz), asegura que para él no existe la menor duda de que se trata de peste equina, ya que los caballos enfermos presentan los síntomas de esta enfermedad. Por otro lado, se investiga la posibilidad de que las primeras muertes se produjeran en agosto, pero no fueran comunicadas a las autoridades.
La hipótesis sobre la que trabajan los veterinarios especializados en epízootias es que la actual epidemia -ya hubo otra en el verano de 1987- comenzó en la urbanización de Sotogrande (Cádiz) hace casi dos meses, cuando se produjo una gran concentración de caballos para participar en los campeonatos veraniegos de polo. Fue entonces, según la versión oficiosa, cuando se produjeron las primeras muertes, que se relacionaron con problemas de alimentación Los caballos muertos fueron enterrados sin que se les practicara la autopsia.En los primeros días de octubre fue cuando se temió lo peor. Con los caballos instalados ya en sus respectivas fincas, a muchos kilómetros de distancia unos de otros, se siguieron produciendo muertes. El más afectado fue el criador Ramón Mora Figueroa, propietario de una de las cuadras más importantes de polo.
Los ejemplares de Mora Figueroa comenzaron a presentar síntomas de padecer la enfermedad a los pocos días de regresar de Sotogrande. José Romero, veterinario de estos caballos, dio la voz de alarma al sospechar que podría tratarse de un mal altamente contagioso, y muy probablemente de peste equina africana.
Cómo llegó la peste a Soto grande es también una incógnita, ya que fueron muchos los ejemplares que se dieron cita en esta urbanización en el mes de agosto, llegados desde diferentes puntos del país. Pero lo más probable, según los expertos consultados, es que la epidemia llegara desde África a través de una plaga de mosquitos -este insecto es el principal transmisor de la enfermedad, que no afecta a las personas- o de una tormenta de arena, muy propias de los meses de verano.
La alarma se ha extendido entre los propietarios de caballos en Andalucía, donde se registra la mayor población equina de España. La Junta de Andalucía mantiene sus fronteras cerradas, aunque el control es mínimo en las carreteras, por lo que es habitual ver animales en caminos de un lugar a otro, con el consiguiente peligro de transmisión. Además, la Consejería de Agricultura de la Junta decidió ayer ampliar el área de secuestro de ganado caballar (prohibición de salir de los establos) a cuatro municipios de la provincia de Málaga, informa Europa Press.
Mientras, desde Suráfrica han llegado a España 7.500 vacunas, que se encuentran ya preparadas para ser administradas a los animales.
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