Del servicio militar
En relación con la noticia aparecida en EL PAÍS del día 28, sobre el procesamiento de un cabo por presuntos malos tratos y actitud denigrante con un recluta, al parecer durante la gimnasia, quiero comentar mi experiencia personal durante el servicio militar, que realicé en Canarias el año pasado.En el período del campamento existía en cada compañía un libro de botiquín en el que los reclutas enfermos o lesionados podían apuntarse para ser examinados por el médico y darse de baja, si procedía, para la gimnasia o la instrucción. El capitán de mi compañía decidió que aquellos reclutas que fueran dados de baja durante uno o más días de la semana no podrían solicitar pase de fin de semana, ya que, según comentó irónicamente, no podían correr el riesgo de recaer, aunque el viernes estuvieran totalmente recupeados y sanos.
Yo sufrí inflamación del menisco externo, según el médico civil que me examinó, y había solicitado un pase de fin de semana porque venía mi familia desde la Península. Sin embargo, y a pesar de estar medio cojo, no me apunté en el libro negro del botiquín y realicé todos los ejercicios gimnásticos carreras e instrucción, con rodillera, pomadas y antiinflamatorios, para conseguir el pase. Lo conseguí, pero la inflamación me duró varias semanas y toda vía hoy, año y medio después siento molestias en la pierna.
Con esto no quiero generalizar, sino pedir que se considere al recluta individualmente, con sus problemas, capacidades y limitaciones. Guardo un buen recuerdo de mi época del campamento, y con alguna excepción como la relatada, mi capitán tuvo un buen comportamiento con sus reclutas.-
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