Odisea molar
Estos hechos ocurrieron en el hospital Clínico de Madrid.Después de dos meses de espera fui citado para el día 30 de agosto, a las diez de la mañana, para la extracción de la muela del juicio del maxilar inferior derecho.
A las 10.30 fui anestesiado por los responsables del servicio de cirugía. Cuando iba a ser intervenido, el aspirador se estropeó. Llamaron al mecánico, que tardó en llegar aproximadamente media hora. Durante este tiempo -desde las once hasta las doce de la mañana- permanecí anestesiado en los pasillos del hospital, a la espera de que fuera reparado el aparato. Transcurrido este tiempo, me informan de la imposibilidad de repararlo y que no pueden intervenirme ese día.
Al manifestarles el dolor que me estaba ocasionando la muela, después de dos meses de espera para ser intervenido, y el estado de tensión en que me tenían decidieron intervenirme y fueron a buscar un aspirador portátil.
De nuevo fui anestesiado a las 12.15, y cuando iban a operar, uno de los aparatos eléctricos que precisaban para intervenir se estropeó. Cambiaron el motor por otro y dio la casualidad de que éste tampoco funcionó.
En vista del éxito y del funcionamiento de los instrumentos fui trasladado a otra cabina. Habían transcurrido 10 minutos desde que fui anestesiado por segunda vez. En esta cabina, y al enchufar el aspirador, se produjo un cortocircuito que hizo saltar los plomos de la luz, e inmeditamente llamaron a un electricista, que tardó en llegar unos 20 minutos. Este electricista manifestó que el cortocircuito se produjo al existir una filtración de agua en el aparato que iban a utilizar para operarme, con el consiguiente riesgo de electrocución.
¡Por fin!, a la una de la tarde, fui intervenido. Me dieron tres puntos de sutura y me colocaron una gasa para que mordiera y cortara la sangre que salía, además de darme unas recetas.
A las cinco de la tarde, y encontrándome en mi domicilio, me sobrevino una hemorragia. Pensando que era normal acudí al ambulatorio del paseo Quince de Mayo. En este ambulatorio me dijeron que rápidamente fuera al hospital donde había sido intervenido. De nuevo me trasladé al hospital Clínico, y en el servicio de urgencias, un ATS que estaba de guardia me indicó que no podían atenderme, dado que por las tardes no había servicio de cirugía maxilofacial. Pese a la hemorragia que tenía, no fui asistido ni reconocido por nadie. Sin
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