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Perú busca otro acuerdo con el FMI tras tres años de ruptura

Al cabo de tres años de suspensión de cualquier trato con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Perú acaba de reiniciar los contactos con este organismo multilateral de crédito, tras una trayectoria de independencia y de crítica respecto al mismo. Antes de negar a un nuevo acuerdo, Perú tendrá que devolver al FMI los 709 millones de dólares que le adeuda.

El camino recorrido desde el 28 de julio de 1985, cuando el presidente Alan García Pérez anunció el pago del servicio de la deuda externa peruana en un tope del 10% de sus exportaciones y criticó duramente al FMI por sus fórmulas recesivas y de ingerencia en la soberanía nacional, muchas cosas han cambiado y entre ellas la actitud con que se asume ahora este reencuentro para uno y otro de los interesados.La actitud independiente y crítica de Perú ante el Fondo ya no es vista en estos momentos aquí como un acto de rebeldía inquietante o de populismo. Todos los sectores políticos han coincidido ahora en que la posición peruana "flexibilizó" al FMI y por ello el reinicio de conversaciones se siente imbuído por un espíritu de distensión y diálogo más o menos equilibrado.

Esto a pesar de los 709 millones de dólares que adeuda el Perú al Fondo y que tendrán que ser pagados antes de cualquier trato, lo mismo que los 300 millones de dólares que se deben al Banco Mundial (BM). Días atrás, desde Berlín, ya se anunció que el Banco Mundial había liberado una partida inicial de 50 millones de dólares y que misiones del Fondo y del Banco llegarán ya el próximo mes al Perú.

Pero no sólo se tienen que salvar diferencias contables sino también políticas. Para la derecha, el reinicio de contactos Perú-FMI es un hecho inaplazable y aplaudido y para el gobernante partido aprista peruano es un delicado punto de divergencia ideológica dentro de su propio ámbito pero también de urgencia financiera para enfrentar la recién iniciada etapa antiinflacionaria de 120 días en que se ha empeñado.

Finalmente, para la izquierda peruana si bien hay flexibilidad del Fondo, la crítica situación económica del país y la estructura del FMI no permiten mayores expectativas de solución por esta vía. Reconoce, eso sí, la urgente necesidad de recursos frescos hoy, pero prepara una interpelación al gabinete ministerial el cual, de hacerse efectivo, será llevado en las próximas semanas al Parlamento para cuestionar la política económica.

El presidente García, profundo crítico del Fondo, no ha comentado nada en los últimos 20 días. Hasta entonces había rechazado de plano cualquier trato con ese organismo.

Sin embargo la propia necesidad expresada por el Fondo Monetario de impedir la continuación de ilegibilidad en seis países -entre ellos Perú- y de que otros se sumen a esta condición, desvirtuaría en parte su carácter de ordenador de las finanzas comerciales internacionales.

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