Un trimestre, tres capítulos

Tres grandes capítulos de la política de seguridad española quedarán cerrados en el último trimestre de 1988: el acuerdo con Estados Unidos, las directrices sobre la contribución militar española a la OTAN y la invitación para ingresar a la UEO, indican medios oficiales españoles.

El Consejo de Ministros de la UEO debe aprobar el 15 de noviembre en su reunión de Londres el principio de la invitación a España y Portugal, aunque dicha invitación no se formalice hasta el próximo abril.

La evolución de la postura nuclear española y la posibilidad de que España contemple acciones para sus fuerzas fuera del marco estratégico español han facilitado el ingreso en la UEO. También lo ha facilitado el acuerdo entre España y Estados Unidos.

Pese a la retirada del Ala Táctica 401 de Torrejón, permanece en España lo que más le interesaba a EE UU: la base de Rota y las facilidades para los aviones cisterna, trasladados de Zaragoza a Morón. La pretensión inicial española era que estos aviones nodriza también saliesen de España. Además, los F-16 podrán regresar a España en caso de crisis o para entrenamientos.

Misiones

El acuerdo con EE UU permite que ahora la OTAN apruebe las directrices sobre la contribución militar española a la Alianza. Las fuerzas españolas cumplirán seis tipos de misiones principales, tal como explicó el ministro de Defensa, Narcís Serra, en octubre de 1987: "1. La defensa del territorio nacional estricto. 2. La defensa aérea y control del espacio aéreo. 3. El control del estrecho de Gibraltar y sus accesos. 4. Operaciones navales y aéreas en el Atlántico oriental. 5. Operaciones navales y aéreas en el Mediterráneo occidental. 6. La utilización del territorio nacional como área de tránsito o de apoyo o de logística de retaguardia en el planeamiento aliado".España ha señalado que su contribución militar será preferentemente dentro del espacio de interés nacional, lo que ya no excluye, pues intervenciones fuera de España y su espacio inmediato. De hecho, este tipo de contribución podría venir a través de acuerdo bi o multilaterales en un contexto europeo y no puramente atlántico.

A diferencia de los países que están plenamente integrados en la estructura de mandos de la OTAN, las fuerzas españolas no se verán sometidas a la jurisdicción de estos mandos, sino sólo en los casos necesarios, a su control operativo.

La intervención de las fuerzas españolas en misiones de la OTAN en caso de crisis no será automática, a diferencia de los países militarmente integrados. Pero la pertenencia a la UEO sí acarreará automatismo.