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El emperador Hirohito, en estado "muy crítico"

Los japoneses fueron alertados ayer del agravamiento del estado de salud del emperador Hirohito -definido como "muy crítico" por fuentes de la casa Imperial- a través de emisiones especiales de las televisiones y de ediciones extraordinarias de los periódicos. La temperatura del monarca subió a 39,2 grados y en el curso de la jornada se le practicaron tres nuevas transfusiones sanguíneas, por un total de 600 centímetros cúbicos. A primera hora de la noche (la tarde, en España), la casa Imperial anunció en un nuevo comunicado que la temperatura había bajado a 37,9 y que había una ligera mejoría dentro de la gravedad.

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La subida de la fiebre se habría debido, al parecer, a una inflamación en la zona del páncreas, mientras que el último parte médico, difundido a las ocho de la noche de ayer en Tokio (doce del mediodía, hora peninsular española), daba 102 pulsaciones, una presión máxima de 14,8 y un ritmo de 23 respiraciones por minuto.Todos los partes médicos indicaban que el estado del veterano monarca, de 87 años de edad, era "muy crítico", aunque la Casa Imperial desmentía que hubiese entrado en una fase de "agonía". Los funcionarios imperiales negaban igualmente informaciones publicadas en la Prensa que hablaban de que Hirohito estaba sometido a "respiración artificial" y se le daban "masajes cardiacos".

Fuentes médicas de la prestigiosa universidad de Tokio recordaron ayer que cuando examinaron, hace un año, parte del tumor extraído al emperador en el curso de la operación intestinal realizada el 22 de septiembre de 1987, aparecieron "síntomas cancerígenos" que el cuerpo del emperador había desarrollado. entre el duodeno y el páncreas. Sin embargo, la Casa Imperial decidió no anunciar la noticia para no afectar al ilustre paciente.

En ese momento las informaciones de Prensa que apuntaban en ese sentido fueron desmentidas, hasta que ayer se produjo la confirmación oficial de la existencia de esa enfermedad.

Nuevas hemorragias

En el momento actual, la principal preocupación del equipo médico, que controla la evolución del paciente constantemente, se centró en la jornada de ayer en intentar detener las nuevas hemorragias que sufre desde la noche del pasado lunes el emperador, al que se le han aplicado transfusiones sanguíneas por un total de 2.200 centímetros cúbicos.La Cruz Roja japonesa eligió a ocho donantes voluntarios de sangre del mismo grupo que la del emperador Hirohito para realizar las transfusiones que necesita el enfermo con sangre de extracción reciente.

La Casa Imperial solicitó el miércoles al banco central de la Cruz Roja en Tokio que estuviese preparado para suministrar sangre del grupo AB en grandes cantidades y sin previo aviso. De los 3.000 donantes registrados se eligió a ocho hombres y mujeres de entre 20 y 40 años de edad.

Según el jefe del equipo médico, el doctor Akira Takagi, "no hay razones para estar alarmados. Esta calma entre el equipo médico y los funcionarios imperiales contrasta, sin embargo, con el hecho de que el primer ministro, Noboru Takeshita, así como prácticamente todo el Gabinete, decidieran estar en estado de vigilancia y "preparados para cualquier eventualidad", según informó a media tarde de ayer el secretario del Gabinete, Keizo Obuchi. "Nosotros estamos en contacto permanente con el equipo médico", concluyó Obuchi.

Los responsables de los partidos políticos que se encontraban en provincias decidieron regresar a Tokio. Con el anuncio del empeoramiento del ya grave estado del emperador Hirohito comenzó un desfile en el Palacio Imperial, situado en el centro de Tokio, de la mayoría de los miembros de la familia imperial.

Visita de Akihito

El emperador recibió la visita de su hijo Akihito, que ejerce ya las funciones de regente desde el pasado jueves, así como de otros parientes cercanos. "El emperador está consciente y su voz es firme", dijo a los periodistas un miembro de la Casa Imperial en relación con las visitas.El día gris y lluvioso que afectó ayer a casi todo el territorio japonés -influenciado por la aparición de un tifón en la zona sur, en las islas de Okinawa- no impidió que continuase la procesión de japoneses, que acudieron, como en días anteriores, a depositar sus firmas en un gesto de simpatía hacia el emperador Hirohito y con el deseo de que se recupere.

A pesar de que el puesto de firmas instalado en la entrada del Palacio Imperial cerró a las cuatro de la tarde, la gente siguió acudiendo hasta primeras horas de la noche, en espera de noticias, mientras muchos seguían rezando bajo sus paraguas.

Durante toda la jornada de ayer, en muchos templos budistas y sintoístas del país se celebraron actos religiosos para la recuperación del emperador, en un ambiente general que parece ir preparándose para un desenlace irremediable.

Más información en las páginas 6 y 7 de EL PAIS Domingo.

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