Una bala atravesó el coche de Margarita Revilla
El vehículo de Margarita Revilla, hija de Emiliano Revilla, de cuyo secuestro se cumplen hoy siete meses, resultó dañado en la noche del jueves por el disparo de uno de los policías que perseguían a dos atracadores. La bala atravesó el coche de la hija del industrial soriano, que se encontraba aparcado.Los hechos se iniciaron a las 23.30, cuando un ciudadano telefoneó al 091 para comunicar a la policía que en el bar Arca Ibérica, en el número 95 de la calle de Guzmán el Bueno, se acababa de producir un atraco. Los dos autores, según indicó el denunciante, iban armados con pistola -que luego resultaría ser falsa- y machete, y habían huido a pie con un botín de 111.000 pesetas, informaron fuentes policiales.
La emisora de la policía difundió la noticia a todas las patrullas de la zona, y la dotación de una de ellas observó que dos sospechosos -cuya descripción coincidía con la facilitada por el testigo- subían a un taxi en la confluencia de las calles de Isaac Peral y Domenico Scarlatti. El vehículo se dirigió a la plaza de Cristo Rey, donde se encuentra el domicilio de la familia Revilla, y allí fue interceptado por la patrulla.
Los agentes detuvieron a continuación a José Luis Antolín Rodríguez, de 22 años, que no ofreció resistencia. El otro presunto atracador escapó a la carrera y en un momento de la huida se volvió y apuntó con una pistola al policía que corría tras él. Uno de los agentes hizo varios disparos, según las referidas fuentes policiales, y una de las balas alcanzó el coche de Margarita Revilla, un Mercedes 190 de color negro.
La bala atravesó la puerta trasera, rozó los asientos de cuero y quedó incrustada en la carrocería de la puerta contraria.
El presunto atracador, Daniel Martín Delgado, de 26 años, sería detenido posteriormente en la calle de Joaquín María López.
La hija del empresario soriano se trasladó a la comisaría de policía sita en la calle de Rafael Calvo para denunciar el hecho.
En un primer momento los policías de guardia de la comisaría no repararon en quién era la denunciante, y hasta ese instante, según explicó ayer Margarita Revilla, le dispensaron un trato que "no fue precisamente bueno". Más tarde, al reconocerla, los policías le pidieron disculpas.
El coche se encontraba aparcado en la calle de Cea Bermúdez, y Margarita Revilla pensaba utilizarlo pocos minutos después del suceso para comprar la primera edición de los diarios madrileños de ayer.
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