Estorninos 2001
A propósito de algunas -no todas, por fortuna- de las reacciones suscitadas por el artículo de mi primo carnal y homónimo José Ángel Valente (Monaguillos 2.000, EL PAÍS, 4 de septiembre de 1988), se me ocurría anoche la siguiente reflexión:- De cuando en cuando hay que trazar una línea, con rigor, con firmeza, para que los estorninos, asustados de sí mismos, se pongan, como si alguien les quemase las pechugas, del otro lado. Simple clarificación de conciencias. Así todo es más claro.- J. A. Valente Docasar.
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