Los soldados alegan que dieron el alto al comando del IRA
El miembro del Servicio Aéreo Especial (SAS) que encabezaba el comando que mató a tiros a tres militantes del IRA el 6 de marzo en Gibraltar aseguró ayer ante el tribunal investigador del caso que se dio el alto a los terroristas, aunque admitió que, entre la frase "Alto. Policía. Manos arriba" y los primeros disparos no medió prácticamente tiempo. Según el testigo, dispararon al observar en los terroristas gestos que parecían indicar que iban a esgrimir armas o utilizar el detonador por control remoto que se suponía que llevaban.
El miembro del SAS, que prestó declaración como Soldado E, afirmó que los disparos se efectuaron al no atenderse la orden de alto. Ayer también comparecieron ante el tribunal el soldado G, experto en explosivos que tenía como misión auxiliar a la policía gibraltareña en la desactivación del artefacto supuestamente colocado por el IRA, y el soldado A, que participó en la muerte a tiros de Mairead Farrel y Danny McCann. El soldado A dejo que él comenzó a disparar al cruzarse su mirada con la de McCann y entender que lo había reconocido como miembro de los servicios de seguridad.Por otra parte, fuentes del Ministerio del Interior restaron ayer validez, de forma oficiosa, a la versión ofrecida el lunes por el soldado F, jefe del comando operativo del SAS, en el sentido de que la falta de información por parte de la policía española en la mañana del 6 de marzo precipitó los acontecimientos. Las citadas fuentes señalaron que el contacto entre los servicios de seguridad británicos y españoles fue continuo y fluido, aunque admitieron que no se especificó el momento exacto en el que los terroristas se dirigían a la frontera gibraltareña desde Málaga.
El relato ofrecido ayer ante el tribunal por el soldado E contradice otras versiones de testigos presenciales, que aseguran que los disparos se produjeron sin que mediara la orden de alto. E relató ante la sala que los 16 disparos que terminaron con la vida de Sean Savage se produjeron al observarse que tras el alto el terrorista se giraba y hacía un gesto con la mano, que hizo pensar a los miembros del SAS que se encontraba armado. A esta argumentación el abogado que representa los intereses de los familiares de las víctimas Patrick McGrory respondió que a Savage sí le constaba que no iba armado, por lo que resultaba impensable que realizara ademán de sacar un arma.
Rematados
E, que a preguntas de McGrory realizó un prolijo y tenso relato de la emboscada en medio de un expectante silencio de la sala, confirmó lo ya adelantado por los forenses del caso sobre el hecho de que los terroristas fueron rematados en el suelo una vez abatidos. Según su versión, se hizo así para evitar cualquier posible reacción, como ha sucedido en casos anteriores en Irlanda del Norte. El miembro del SAS señaló que toda la acción se desarrolló en unos cuatro segundos y que todos los disparos efectuados dieron en el blanco. La acción, según su relato, se inició al observarse que Savage se separaba de los otros dos miembros el comando terrorista.Ayer, el abogado que representa los intereses del Gobierno, John Laws, se querelló contra cuatro periodistas de The Sunday Times por la publicación el pasado domingo del relato de un testigo que aún no ha sido llamado a declarar. Los periodistas deberán comparecer el próximo día día 23 ante un tribunal de Gibraltar, que podría decretar su ingreso en prisión.
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