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Soldaditos

Rosa Montero

En los últimos cinco años ha muerto una media de dos soldados por semana mientras hacían su servicio militar. Los mandos del Ejército andan al parecer preocupadísimos con tan mortífera cosecha, pero hasta ahora no han sabido o no han podido resolver el problema. Supongo que no es fácil. Por un lado, como en todos los colectivos, existen los abusos individuales; las aberrantes novatadas o algunos oficiales enfermizamente embriagados por el mando. Son patologías que se amparan en el espíritu marcial, que glorifica la rudeza y consagra lo jerárquico. Cuando la obediencia absoluta al superior es un principio básico, resulta mucho más dificil defenderse de los posibles abusos de un mal oficial. Y no hay que olvidar, en fin, que el oficio militar es un juego de muerte, que manejan armas y explosivos, y que coquetear con la Desdentada siempre tiene sus riesgos. Razón de más para pedir un Ejército voluntario, para que cada cual asuma el peligro libremente.Hace unos días, Gutiérrez Mellado declaró que no creía que los "soldaditos" se suicidaran más que la gente de a pie. Pero, según los estudios existentes, los suicidios en la mili son tres veces superiores a los registrados en la totalidad de la vida civil. A Gutiérrez Mellado, que es el paradigma de lo militar, ni siquiera le cabía en la cabeza que los "soldaditos", como él les llama paternalistamente, pudieran encontrar tan duras las condiciones del cuartel. Para él esos suicidas sólo son gente desquiciada que se hubiera matado en cualquier sitio.

Quizá sea, una vez mas, un problema de respeto y tolerancia. Hay personas que no son enfermas, sino sólo distintas. Jóvenes para quienes la imposición de un modelo violentamente macho o un exceso irracional de disciplina puede convertirse en una tortura insoportable. Los soldaditos de Gutiérrez Mellado no son una subespecie infantiloide, como el diminutivo podría dar a entender, sino seres complejos y diversos. Y un Ejército que no sabe respetar las diferencias está condenado a quebrar el espinazo y la voluntad de vida de sus gentes.

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