La caída del yen preocupa a las autoridades japonesas

El movimiento del dólar se ha centrado en tomo al yen, debido a los rumores extendidos en Japón sobre la posible introducción de un impuesto del 26% sobre las plusvalías bursátiles. Esta posibilidad originó la tendencia a la baja de la moneda nipona, que se vio incrementada por las declaraciones del banco central japonés, que descartó una elevación de la tasa de descuento. Con ello, el yen cedió bastante frente al dólar, al bajar a 136,30 frente a 134,80 el martes, informa Shearson Lehinan Hutton.La debilidad de la divisa nipona propició una fuerte baja en el mercado de bonos japone

ses, haciendo aumentar la rentabilidad del bono de referencia un 1,5%, hasta situarse al 5,45%. La agencia Kyodo publicó que el Banco de Japón ha advertido que se podrían tomar medidas para frenar la caída de su moneda, queriendo decir, probablemente, que intervendrá en los mercados de divisas junto son sus socios europeos. Esta noticia, sin embargo, no produjo ninguna alteración en el avance del dólar, que también subió frente al marco, al situarse a 1,8755 (1,8665 el martes).La fortaleza del dólar favoreció a los mercados de bonos norteamericanos, pero la Bolsa de Nueva York no pudo conso

lidar su apertura alcista en la sesión de ayer, de tal forma que el índice Dow Jones cedía al cierre 6,58 puntos, situándose en el 2.031,65. Aunque el nivel de la divisa estadounidense es positivo para los bonos, cualquier elevación de los tipos de interés en Japón para defender el yen podría ser negativa en última instancia para los mercados Financieros mundiales, puesto que significaría un respaldo a la elevación de tipos en Europa. Ese movimiento allanaría el camino para nuevas subidas del precio del dinero.En ausencia de datos macroeconómicos en EE UU, los inversores han comenzado a cubrir sus posiciones y se mantienen a la expectativa hasta la publicación el viernes de la tasa de desempleo. También se observará con detenimiento el índice de salarios por hora trabajada, para detectar alguna evidencia de rebrote inflacionista.

En este contexto, para nada influye la afirmación, por parte de la oficina del censo norteamericana, de que en EE UU una de cada siete personas es pobre y que su proporción es mayor entre las comunidades negra e hispana. Según estos datos, en la era Reagan el nivel de pobreza ha aumentado del 13% al 13,5%, lo que supone un incremento de 31,8 a 32,5 millones de personas afectadas por esta lacra.