El otro "síndrome del Norte'
Crece el temor entre personalidades gallegas por las acciones de los GRAPO y el Exército Guerrilleiro
Los coruñeses, que el pasado 27 de mayo se hacían cruces a la hora del café por la voladura del chalé de Manuel Fraga en Perbes, ya se habían quedado helados a primera hora de aquella mañana al saber que el empresario Claudio San Martín acababa de ser asesinado. Hasta entonces, La Coruña era, sobre todo, una ciudad confiada que se preparaba para el verano y lo último que deseaba era una predicción meteorológica desfavorable o que su proyección exterior se concretase en las páginas de sucesos.
Gallego como tú, pregonaba uno de los lemas de la recurrente campaña estival de Manuel Fraga. Claudio está donde tú estás, rezaba y reza la publicidad de la cadena de supermercados que San Martín expandía por la ciudad. La casualidad no sólo había hecho coincidir en el mismo día y en un área de 20 kilómetros dos atentados de distintas organizaciones terroristas. Ambos iban dirigidos contra dos tópicos modelos del gallego tradicional: el político que labra su prestigio fuera y el empresario que hace dinero en su tierra.La destrucción del chalé de Fraga crispó el ánimo de muchos. Antes, el Exército Guerrilleiro, responsable del atentado, era un grupo que volaba torres de alta tensión y lo justificaba con argumentaciones ecologistas. Para muchos sectores de opinión (entre ellos, algunos funcionarios de Interior), los responsables de los servicios de seguridad tuvieron la misma reacción, y al día siguiente la cúpula de la organización era detenida.
Lo de Claudio fue algo distinto. Recibió tres tiros en presencia de su mujer. Una hipótesis piadosa barajó que en realidad trataban de secuestrarle y le mataron al resistirse. Fuentes policiales la desmintieron y los GRAPO les dieron la razón en un comunicado en el que reivindicaban su "ejecución".
A raíz de la muerte de Claudio San Martín se hizo público que él y otros empresarios y profesionales de prestigio habían sido amenazados por escrito hacía tres años. Hubo espectaculares controles policiales, a la Jefatura Superior de Policía de Galicia llegaron refuerzos de la Brigada Central de Información y se supo que el comando Coruña de los GRAPO estaba formado por tres o cuatro personas, entre ellos una pareja: Laureano Ortega Ortega y María del Rosario Narváez Cernero, detenida el 12 de agosto.
Fueron ellos quienes se presentaron, ocho días después del asesinato, en el despacho de un notario coruñés alegando interesarse por trámites testamentarios. Después de enseñar un mensaje escrito y dos armas de fuego, exigieron 12 millones de pesetas. Tras un par de horas de negociación, una administrativa, que no llegó a sospechar nada, acompañó a Rosario a una sucursal bancaria para retirar 950.000 pesetas.
El otro Curto
Esta extorsión, que Rosario admitió al juez, según el abogado que la asistió, se conoció una semana después y es la única comprobada dentro del cúmulo de rumores que se intercambian en círculos de la capital coruñesa.Cinco semanas después de que el considerado líder del Exército Guerrilleiro, Antón Arias Curto afirmase: "No queríamos herir a un policía, porque sería un policía gallego", Laureano Ortega y Rosario Narváez herían al primo hermano de aquél, Miguel Pérez Curto, que se resistió a la extorsión. Pérez Curto es copropietario de una factoría de forjados para la construcción, pero no forma parte de la elite socioeconómica de La Coruña.
La bala disparada por Laureano Ortega sólo le alcanzó de refilón, pero dio de lleno en el ánimo de las clases medias empresariales. No sólo las sobresalientes fuerzas vivas estaban en el punto de mira. Antes de aquel 18 de julio, algunos socios del Club de Golf habían sustituido a sus caddies por guardaespaldas. Al día siguiente de aquello, en una excitada asamblea de empresarios del polígono industrial de A Grela algunos presentes vitorearon a los GAL ante el sonrojo de sus colegas. "Daba vergüenza", dice un asistente.
En la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación se ha instalado un circuito cerrado de vídeo. Ningún empresario admite públicamente haber estado allí en una reunión nocturna de representantes de asociaciones corrierciales para tratar "de la inseguridad".
"¿Por qué a rní?", reconoce que pensó el notario José Ma nuel Sánchez-Andrade, extorsio nado por los GRAPO, cuando se vio encañonado. ¿Por qué aquí? Es una de las preguntas sin res puesta que flotan sobre La Coru ña. El único intento de contesta ción oficial es que "en cierta me dida los GRAPO nacieron por aquí, en Vigo". "Nadie se explica", reconoce una fuente policial, "cómo pueden andar tan tranqui los por la calle en una ciudad de 250.000 habitantes".
La policía ha difundido a una treintena de personas los consa bidos consejos de variar itinerarios y hábitos, y pinchar varios te léfonos, con la anuencia de los escuchados, a los que se les recomienda entretener a cualquie
comunicante sospechoso para poder localizar la llamada. Con todo, la ciudad sigue confiada La administrativa de la notaría Sánchez-Andrade le comentaba a Rosario Narváez al retirar el botín: "Chica, no sé cómo te atre ves a ir con tanto dinero encima con la de chorizos que hay".
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