Ideales
La carta del señor Allendesalazar publicada el 24 de agosto exige mi respuesta, y si no la estimase publicable, le agradecería la hiciese llegar al interesado.Mi abuelo, don Bartolomé Vega Montoya, era capitán allá por el, año 11892, en que publicó un libro, El juez de instrucción militar, con una dedicatoria impresionante al general don Romualdo Palacio.
Si el señor Allendesalazar hubiera pedido la adaptación y equíparación por cauces legales del reglamento de. prisiones militares con el de prisiones ordinarias, hubiera tenido mi respeto, pero, ¡hale!, ignorar la resolución de nuestro más alto tribunal de justicia significa una actuación similar a la protagonizada en su día por sus defendidos, saltando por encima de todo. Pues no, señor mío.
Sepa que, con todos sus posibles errores, los hombres y mujeres que aplican la ley y la justicia son garantía de confianza y tranquilidad para la mayoría, aunque usted parece no creerlo. Por último, le diré que mi abuelo enseñó a mi padre, y él a mí, que los secuestradores y asesinos -pongo por ejemplo de indeseables- son siempre unos cobardes, por lo que, si tuviera que defender derechos de los míos, buscaría los paradigmas entre los más altos ideales; así que comprenderá que su propuesta no puede gustarle a mi abuelo ni a mí,-