La concentración de empresas no incrementar necesariamente su eficacia y rentabilidad
La concentración de empresas, uno de los aparentes imperativos de la industria y el sector servicios de la economía española, no incrementa de por sí la eficacia, la competitividad y la rentabilidad del sistema productivo. Por el contrario, existen otras fórmulas más viables que las fusiones, como pueden ser los acuerdos de cooperación e innovación tecnológica. En el sector financiero, las economías de escala son prácticamente inexistentes, especialmente en lo que a la banca al por menor se refiere.
Tales son algunas; de las conclusiones más importantes puestas de manifiesto en el curso de la mesa redonda que comprendió en la universidad internacional Menéndez Pelayo de Santander (ULPM) el seminario sobre Concentración empresarial y competitividad: España en la CE, que ha dirigido a lo largo de la semana el profesor catalán Xavier Vives.En el curso del seminario ha destacado la presentación, la jornada del viernes, de un estudio inédito sobre Rentabilidad y competitividad en el sector bancario español, del que son autores los profesores del IESE de Barcelona, Eduard Ballarín, Jordi Gual y Joan Ricard. El estudio concluye que, a la luz de la valoración que hacen los inversores del sector financiero español, los principales bancos españoles tienen garantizada su rentabilidad para. la próxima década. El documento estima que en gran medida, el proceso de concentración bancaria está prácticamente concluido tras las fusiones del Bilbao-Vizcaya y del Central- Banesto.
Entre las recomendaciones del mencionado estudio, que ha sido financiado por la FIES, y calificadas como "imperativos para la competitividad de la banca española", figuran las siguientes: al por menor, la banca española debe mejorar la segmentación de su distribución como fórmula para reestructurar sus costes; al por mayor, debe incrementar su capacidad para generar inriovaciones; debe promover una mayor coordinación entre ambas; conseguir una menor jerarquización en su estructura organizativa; incrementar su habilidad comercial y mejorar el uso de sus recursos humanos; debe emprender un proceso selectivo de su asignación de recursos; y, por último, a nivel global debe mejorar su cooperación vertical y dar menos importancia a su apariencia horizontal.
Especialización
Es decir, la banca española tiene que redefinir los conceptos por los que funcionan actualmente sus oficinas y sucursales, especializándolas por servicios concretos de forma que se frene a los futuros competidores y como mecanismo para reducir costes, especialmente los de transformación.Parecida recomendación fue formulada en el mismo seminario el pasado viernes por el experto Jean Dermine, profesor de finanzas del Insead, la famosa escuela de negocios de Fonteneblau.
Dermine comentó que la estructura bancaria española no tiene nada que temer, en su configuración actual, a la extranjera siempre que mantenga la fuerte red de banca al pormenor de la que dispone. En tal sentido, añadió, las concentraciones bancarias sólo se justifican para fortalecer el aspecto de banca al por mayor que debe ofrecer a los grandes clientes, es decir, grandes empresas y grupos multinacionales. El informe presentado en Santander ha sido elaborado siguiendo tres criterios fundamentales. En primer lugar un análisis exhaustivo de la cuenta de resultados presentada por las entidades. En segundo lugar se ha seguido una metodología econométrica basada en diferentes ratios sobre la futura rentabilidad y, por último, se ha recurrido a realizar una amplia encuesta entre los diferentes directivos y gestores del sector.
En la mesa redonda de la última sesión participaron, aparte del profesor Vives, el ex secretarlo de Estado de Economía Guillermo de la Dehesa, el ex ministro de Industria Joan Majó, y el director de La Vanguardia, Juan Tapia.
Guillermo de la Dehesa se mostró cautamente optimista sobre las posibilidades que se le abren a las empresas españolas con el mercado único. El ex ministro Majó reiteró su clásica tesis sobre la necesidad de Innovar e invertir en tecnología, y Juan Tapia hizo mención al efecto que los aparentes errores de gestión de los diferentes Gobiernos han podido tener a la hora de reducir el nivel de competitividad de las empresas.
El director del seminario, Xavier Vives, resaltó que las principales conclusiones del seminario giraban en torno a la idea de que "el tamaño de las empresas no es condición ni necesaria ni suficiente para la rentabilidad y competitividad" y al hecho de que ambas están mucho más garantizadas por los criterios acertados de gestión y la importancia del entorno en que se mueven los empresarios. Respecto a las fusiones, el profesor del Instituto de Análisis Económico de la universidad Autónoma de Barcelona, estimó que debe ser aplicada mediante unos criterios selectivos y, tal como manifestaron algunos ponentes nacionales y extranjeros, unas buenas fórmulas alternativas a la concentración empresarial pueden ser los acuerdos de cooperación entre sociedades españoles y europeas.
En la jornada anterior había intervenido el director general de seguros y catedrático de Política Económica, León Benelbas, quien estimó que el sector asegurador español, aunque muy automatizado está preparado para afrontar la futura competitividad que se le avecina con la creación del mercado único europeo. A tal efecto se ha negociado con la CE un período de transición suficientemente amplio, en el que las compañías deberán redefinir su estructura de concentración, aunque su supervivencia estaría garantizada sin recurrir a fusiones.
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