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El final de la huelga de guionistas de televisión en Estados Unidos abre una nueva fase de incertidumbre

ENVIADO ESPECIALEl final de la huelga de guionistas de televisión en Estados Unidos no ha resuelto algunos problemas. El acuerdo alcanzado la pasada semana ha abierto una nueva fase de incertidumbre y presión para las grandes cadenas norteamericanas, que se enfrentan al inicio de la nueva temporada, a la vuelta de la esquina, y se encuentran con las despensas vacías de producción. La huelga ha terminado, pero sus auténticos efectos se empezarán a notar a partir de ahora.

Tradicionalmente, la industria televisiva norteamericana dedica los meses de julio y agosto para, de puertas adentro, ultimar las producciones que suelen presentarse los primeros día de septiembre. Poco después de la habitual ceremonia de entrega de los Premios Emmy -que este año tendrá lugar el próximo día 28 de agosto- De cara al espectador, las grandes cadenas suelen ocupar el verano televisivo con la repetición de los mejores programas emitidos durante el año.Este sistema ha permitido a las tres principales redes televisivas -ABC, CBS y NBC- soportar, al menos en apariencia, los efectos de la huelga de guionistas hasta ahora. Sin embargo, este año la nueva temporada se calcula que no podrá dar comienzo hasta la primera semana de noviembre. Los escritores han vuelto a sentarse ante las máquinas, y ahora todo el mundo espera los primeros folios para volver a poner en funcionamiento el complejo sistema de producción que se había quedado sin su combustible fundamental: las ideas.

De todas formas, las consecuencias del conflicto no se van a repartir por igual entre todas las cadenas. La NBC -líder de audiencia la pasada temporada- tiene previstas soluciones inmediatas. En primer lugar contará con la fortuna de poseer los derechos de las retransmisiones de los Juegos Olímpicos de Seúl, con lo que tendrá cubiertas sus principales horas de emisión hasta octubre. Por otro lado, algunos de sus programas de mayor audiencia (La hora de Bill Cosby, Un mundo diferente, Autopista hacia el cielo y Als, una popular serie infantil que próximamente comenzará a emitir TVE) no se han visto afectadas por la huelga, ya que sus guionistas se encontraban sujetos a contratos especiales, diferentes a los que tenían los implicados en el conflicto.

La situación es más crítica para la ABC, y, particularmente, para la CBS, sin duda la más perjudicada por el paro. La ABC cuenta con la ventaja de tener comprados los derechos de los partidos de play-off final de la liga de béisbol y con los de la liga de fútbol americano profesional. Además tiene ya anunciada la reemisión de diversos capítulos de sus series de más éxito. Su principal complicación se deriva de la dificultad que tiene para mantener otras series de las que no queda material alguno preparado para su emisión. Tal es el caso de sus dos grandes éxitos entre la amplia población yuppie: Luz de luna y la serie Treinta y tantos.

La CBS es la que tiene el futuro más incierto. El presidente de la compañía, Kim le Masters, declaraba hacía unos días que, "siendo muy optimistas, la temporada no estará preparada para la CBS hasta finales del mes de octubre".

Los principales puntales de la programación de la pasada temporada han estado completamente paralizados a causa de la huelga. Apenas queda material de sus series más populares, como Se ha escrito un crimen o Dallas. De los nuevos proyectos nadie quiere ni siquiera hablar.

Con este estado de cosas, las grandes cadenas parecen ver agravada su ya delicada situación. Su audiencia siguió descendiendo durante todo el año pasado frente al empuje de los canales de cable y satélite, que prácticamente no van a notar los efectos de la huelga. La temporada televisiva norteamericana es de prever que mantenga esa constante bajada de espectadores de las grandes cadenas, que se puede ver acentuada por el retraso del comienzo de las nuevas producciones. La gran incógnita queda abierta para determinar si las inevitables complicaciones causados por el conflicto de los guionistas pueden llegar a crear problemas irreversibles.

Guionistas contra productores

La huelga de guionistas vivida en Estados Unidos rebasa su mera consideración como un conflicto laboral. En realidad, el paro no ha hecho más que plantear públicamente un viejo debate que subyace desde hace años en el mundo de la creación televisiva americana, que sigue unos sistemas de producción radicalmente distintos a los europeos. En Estados Unidos, el mayor poder sobre los programas corresponde siempre a los productores. Guionistas y directores no son, de forma habitual, más que meras herramientas de trabajo de los productores. La creatividad de los guionistas ha quedado de forma tradicional relegada a un segundo lugar, tanto en su protagonismo profesional como en su valoración económica. La resolución del conflicto implica un reconocimiento público de este injusto reparto, inherente a un particular modelo televisivo.

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