Los profesores ante el nuevo curso
El fracaso, la no salida (le la huelga del profesor no docentel puede rovocar la continuidad del conflicto el próximo curso, y ello no sería bueno para la enseñanza pública, que en los últimos meses delconflicto ha perdido parte del prestigio recuperado durante estos últimos años.Es evidente que cuando un colectivo, tan numeroso como el de los enseñantes, participa en un 90% en una huelga es que hay en él insatisfacción, y que ésta no es sólo económica, sino que tiene múltiples facetas y se canaliza contra la Administración por sus desatenciones de todo Lipo y, entre ellas, también las económicas, por más concretas.
La convocatoria de la huelga, hecha por unos sindicatos recién salidos de las primeras elecciones que se han realizado en la docencia pública, y a partir fundamentalmente de una relvindicación histórica, sorprendió a los mismos convocantes por su éxito, y quizá la no mesura de esta fuerza inicial llevó a nuestro colectivo a este callejón sin salida en el que nos encontramos ahora.
Demostrada la fuerza, se quiso hacer un pulso con la Administración, que fue aceptado por ésta y que de alguna manera instrumentalizó como muestra de su voluntad y de su capacidad de resistir; es decir, los docentes fuimos las cabezas de turco para evitar que otros colectivos de funcionarios se lanzaran a una serie de huelgas, algunas ya programadas.
Frente a ello, no hubo la habilidad suficiente de los sindicatos -quizá por debilidad, dada la escasez de afiliados con los que cuentan, quizá por miedo a no saber explicar un posicionamiento menos radical- para dar por buenas momentáneamente las escasas concesiones de la Administración, y se huyó hacia adelante convocando la huelga indefinida, que era previsiblemente la manera de terminar mal la huelga.
Quizá lo que debemos evitar todos es caer en maniqueísmos. Ni Maravall ha sido un mal ministro -debemos recordar la LODE- ni los profesores somos unos desaprensivos que nunca estamos contentos y aspiramos a situaciones privilegiadas -históricamente hemos sido de los menos privilegiados- Lo que sí ha habido y debe haber todavía es poca sensibilidad para abordar ya los problemas existentes en la enseñanza, sin duda difíciles y costosos de resolver -y en este ido ha sido positiva la huelga-. Y también ha habido la inexperiencia lógica de unos sindicatos que sin duda deben reconsiderar su estrategia, buscando caminos, o quizá senderos, menos traumáticos que una huelga demasiado larga.-
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