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Los países ricos consiguen detener la especulación sobre el dólar y devuelven la tranquilidad a las bolsas mundiales

La subida de la Bolsa de Tokio, la declaración formal alemana de que "no existe una guerra de subida de tipos de interés" y la afirmación japonesa de que no se ha conocido ninguna reunión urgente del grupo de los siete devolvieron ayer una cierta estabilidad a los mercados bursátiles mundiales. A su vez, el ministro alemán occidental de Finanzas, Gerhard Stoltenberg, detuvo la especulación alcista sobre el dólar, derivada de la subida de los tipos de interés, al afirmar que "un incremento adicional del valor del dólar sería preocupante e indeseable".Tras los fuertes descensos de las bolsas de Tokio y Wall Street en la jornada del miércoles, la vuelta a la estabilidad fue ayer la nota dominante, antes de cerrar Nueva York, en los mercados mundiales. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio, que el miércoles perdió 615 puntos, recuperó ayer 230 puntos (o un 0,8%), en una jornada que los inversores y operadores de todo el mundo vigilaban con ansiedad y preocupación. Wall Street abrió moderadamente a la baja y, a mediodía, el índice Dow Jones para los valores industriales ganaba dos puntos.

En Nueva York, los principales bancos comerciales encabezados por el Chase Manhattan Bank ajustaban en medio punto, hasta el 10%, su prime rate (tipo preferencial) a la subida decidida el martes por el Sistema Federal de la Reserva. La medida suele ser automática tras un incremento del interés básico del FED, ya que encarece sus fondos.

En Madrid, como sucedió en algunos mercados europeos, el índice general de la bolsa madrileña perdió más de tres puntos, por segundo día consecutivo (en torno a un 1%), pero los operadores señalaban que se trataba de una reacción técnica, cuyo origen habría que encontrarlo más en las subidas de la semana pasada que en lo que está sucediendo en Europa, Japón y Estados Unidos. En Francfort, que también registró pérdidas, éstas fueron más moderadas que el día anterior. En Londres, el índice Financial Times cedió 4,7 puntos, tras perder más de 20 el día anterior.

A la estabilidad en los mercados mundiales contribuyó la serie de declaraciones de altos funcionarios y fuentes oficiales de los países ricos, Gerhard Stoltenberg, ministro de Finanzas de la RFA, declaró que "el alza en medio punto del tipo de interés de descuento por el Sistema Federal de la Reserva se debe englobar dentro de la estrategia acordada dentro del grupo de los siete". Por su lado, un portavoz oficial japonés negó los rumores iniciados en Tokio sobre la inminente convocatoria, de una reunión del mencionado grupo. "No hay nada previsto hasta finales del mes de septiembre, cuando los siete ministros de Finanzas de los países más ricos se reúnen en Berlín con motivo de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional".

Baja el dólar

Por su lado, el dólar perdió posiciones en todo el mundo, pese a abrir al alza, una vez que el ministro alemán advirtiera sobre la inconveniencia de que continuara subiendo. "A nadie le interesa que se aprecie más el dólar, ya que causaría problemas", dijo Stoltenberg. La baja del dólar fue ya marcada el día anterior en Nueva York, donde se daba por hecho que la subida del tipo de interés de descuento, por vez primera desde el crash de octubre, no revestía las características del año anterior, cuando Bonn, Tokio y Washington se encontraban inmersos en una guerra de acciones y declaraciones que causaron incertidumbre y temor en los mercados mundiales.Un ejemplo de esta actitud fue la declaración de un portavoz del Banco de Tokio, que negó que el banco emisor japonés siguiera los pasos dados por el Sistema Federal de la Reserva (cuando subió el tipo de descuento al 6,5%) e incrementara sus tipos básicos. En Bonn, otro portavoz del Bundesbank negó que su consejo tuviera prevista una reunión con anterioridad a la que se celebrará el mes próximo.

En Madrid, el dólar perdió también posiciones y cerró con una baja de 1,09 pesetas en relación al cambio del día precedente. El Banco de España estableció un fixing de 124,664 pesetas por cada moneda norteamericana, sin que tuviera necesidad de intervenir. Tampoco se registró una intervención apreciable en los mercados de los bancos centrales.

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