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La demanda de pagarés del Tesoro excede a los títulos renovados

El Tesoro registró ayer una afluencia de órdenes compradoras de pagarés, que totalizaron 183.924 millones de pesetas frente a 176.900 millones de los títulos que se renovaban. Los analistas consideran que este excedente de compra era previsible ante la escasez de los tesoros en el mercado. La emisión, con fecha 12 de agosto de 1988 y con vencimiento 9 de febrero de 1990, se fijó al cambio del 92,201% y con un tipo de interés anual del 5,5%, nivel que se mantiene desde el pasado 25 de marzo.Los pagarés del Tesoro han venido registrando un descenso en su grado de atractivo con vistas a los inversores particulares, por lo que, tendiendo en cuenta que estos títulos aún suponen 10 de los 11 puntos porcentuales del coeficiente de inversión obligatoria, han sido suscritos en su inayor parte por las instituciones crediticias.

El pasado mes de junio las autoridades económicas anunciaron los deseos oficiales de reducir el coeficiente de inversión obligatoria de aquí a 1992, en la senda de liberalización financiera europea y de la política de financiación ortodoxa del déficit público. Pero las actuales necesidades de financiación de la diferencia entre pagos y los ingresos del Estado puede hacer retrasar o disminuir en su peso la medida reductora, según Cointelsa.

Letras competitivas

Algo más de una tercera parte de la deuda pública emitida -4,7 billones de pesetas- estaba representada el pasado 2 de agosto por pagarés del Tesoro, con un tipo medio ponderado del saldo vivo del 6,817%. En letras del Tesoro, nacidas en junio de 1987, había al inicio de agosto un saldo vivo de 3,06 billones de pesetas, con tipo medio ponderado que casi duplica el de los pagarés (12,085%).Los pagarés del Tesoro nacieron en 1982 como elemento de financiación del déficit público del Estado y como instrumentos de política monetaria. La ley de régimen fiscal de determinados actívos financieros de mayo de 1985 consagró a los pagarés como elementos de ocultación fiscal de hecho, al eliminar para estos títulos la obligación de retención a cuenta del impuesto sobre la renta.

La inclusión de los títulos públicos en el coeficiente de inversión obligatoria, junto con la penalización de tipos de interés que se ejerció por su capacidad de opacidad fiscal, provocó un progresivo declive de sus virtudes como elementos de drenaje de liquidez del sistema financiero.

Las letras del Tesoro han venido a cumplir este papel, bien marcando tipo de interés, bien drenando liquidez del sistema, si bien los inversores consideran que el actual precio de emisión del 10,020%, por debajo del precio en mercado secundariono responde a las expectatívas, por lo que las renovaciones de estos títulos son escasas.

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