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El mínimo exento de tributar en el IRPF subirá a 618.000 pesetas, frente a las 600.000 actuales

Las principales novedades que se perfilan en el impuesto sobre la renta dentro del proyecto de Presupuestos del Estado para 1989 consisten en deflactar un 3% la tarifa y las deducciones rijas, para compensar el aumento previsto en los precios. Ha sido descartada una elevación sustancial del mínimo exento de tributar, que será elevado a 618.000 pesetas. El debate actual se centra en la conveniencia de subir desde 840.000 a un millón de pesetas el mínimo exento de declarar. También se discute corregir las variaciones patrimoniales por el 100% de la inflación de los últimos años, en lugar de por el 80%. Estas decisiones y la deducción del 10% para la segunda vivienda permanecerán abiertas hasta finales de septiembre.

En los primeros borradores de los Presupuestos Generales del Estado para 1989 que han llegado a los subsecretarios y al Gobierno aparecen en blanco los espacios donde deberían ir los cambios fiscales. Pero de los estudios y de los acuerdos registrados hasta ahora se desprende que el próximo año fiscal se caracterizará por confiar los aumentos previstos de recaudación, situados al menos en un billón de pesetas, a la mejora de gestión, la lucha contra el fraude, y al más efectivo aumento inercial de los ingresos por la expansión de la actividad, el empleo y las rentas.

En Hacienda se considera, de todas formas, aventurado descartarlas definitivamente para un año en que la concertación social se presenta difícil y en que algunas de las normas discutidas ahora afectarán a los contribuyentes hacia las próximas elecciones generales, sean anticipadas o no. Los escasos cambios proyectados empezarán a entrar en vigor en enero próximo, aunque se dejarán notar todavía hacia mediados de 1990 (cuando habrá que presentar las declaraciones de renta de 1989), e incluso más tarde. De ahí que en los primeros momentos se haya formulado, de nuevo sin llegar a prosperar, por lo que ha trascendido, una modificación ambiciosa del mínimo exento de tributar, así como el replanteamiento de la posibilidad de dejar al arbitrio de los cónyuges la declaración por separado.

El único acuerdo firme permitirá deflactar la tarifa y todas las deducciones fijas para neutralizar el efecto alcista que, en otro caso, tendría la previsión de aumento de los precios en un 3%, por su impacto en los salarios y otras rentas. Cada una de las escalas de la tarifa, al igual que las deducciones, resultarán de multiplicar por 1,03 la cifra aprobada en los presupuestos de 1988.

En coherencia con estas novedades, a las que probablemente se añadiría un premio para las deducciones por trabajo personal y algún nuevo paso en la extensión de las limitadas ventajas del polinomio fiscal para los contribuyentes que reciban rentas empresariales y profesionales, el cuadro de retenciones debería ser también apostado a la baja.

No obstante, el mínimo exento de tributar o tramo de rentas a las que se aplica el tipo cero subirá así automáticamente desde las vigentes 600.000 pesetas hasta las 618.000 pesetas. Esta solución ha desbancado a otra alternativa que consistía en incrementarlo considerablemente hasta aproximarse al millón de pesetas.

Sin embargo sigue siendo objeto de discusión la opción de aumentar o no el mínimo exento de declarar desde las 840.000 pesetas actuales hasta un millón de pesetas. Hasta 1988 este mínimo estaba en 500.000 pesetas y su importante incremento, aplicado con carácter retroactivo a 1987, parece que ha causado efectos no previstos en la última campaña de declaración de la renta.

Balance provisional

Hacienda procede en estas semanas a la revisión del balance anticipado a mediados de julio. Las impresiones derivadas de los documentos enviados por los bancos indican que el número de declarantes ha sido muy superior al avanzado. Pero entre éstos abundan más los de declaraciones negativas, y en concreto quienes reclaman devolución. Ello obligará a revisar a la baja las estimaciones sobre ingresos por cuota diferencial en 1988. La hipótesis más verosímil apunta que sigue creciendo el número de personas que presentan declaración a pesar de que pudieran beneficiarse del mínimo exento de declarar, y esto porque se les han aplicado retenciones superiores a la cuota final.

Las últimas posiciones de Hacienda tienden a considerar estos datos y a evitar que una nueva elevación del mínimo exento hasta el millón de pesetas obstaculice el control de casi otro millón de contribuyentes, aun cuando se volvieran a excluir de dicho beneficio a las rentas empresariales y profesionales.

Si en el área del IRPF, principal impuesto directo, 1989 se presenta como uno de los años de mayor continuidad, tampoco para la imposición indirecta, dominada por el IVA, se preparan cambios de entidad. En este tributo se mantendrán los actuales tipos del 5%, 12% y 33%. No hay intención de anticipar la armonización proyectada por la CE que exigirá a medio plazo subir al menos el tipo central del 12% en, por lo menos, dos puntos hasta el 14%.

Tampoco existe deseo alguno, confirmado por ahora en medios del Ministerio de Economía y Hacienda y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, de aceptar las propuestas empresariales y de la comisión de estudio de medidas contra el paro en el sentido de sustituir cotizaciones a la Seguridad Social por aumentos del IVA.

El aumento de la presión fiscal presupuestada se situará en torno al 1 %, casi la mitad que el año pasado y la previsión para el presente y más acorde con el ritmo establecido durante años anteriores.

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