Dramón

Siete días después de La ciudad frente a mí, Paul Newman reincide en un melodrama de ambiciones, amor y arribismo. En él, en Desde la terraza, Newman vuelve a su hogar tras la guerra. Perteneciente a una adinerada familia, lo que halla es una madre alcohólica y depresiva y un padre que sigue odiándolo con insistencia. El muchacho intentará salir de ese ambiente e instalarse por su cuenta, pero tampoco ahí las cosas favorecerán su vida. Mas si por el lado de las finanzas el destino parece soreírle, por el del corazón sufrirá los embates de una esposa que no le comprende.Un dramón de aquí te espero. Desde la terraza procede de la exitosa novela de John O'Hara, un avispado cirujano de la sociedad norteamericana. Su traducción en imágenes tiene todas las ventajas e inconvenientes del digest, aunque sólo es la mirada crítica la que aligera su virulencia, ya que en lo referente a los asuntos de alcoba y reinteración en el adulterio la película apareció en su momento escandalosa.

De la puesta en escena se hizo cargo Mark Robson. Su trabajo es limpio y efectivo, pero carente de fascinación, como la propia película, fotonovela bien fabricada e interpretada que en el fondo, y tras las apariencias de un cierto inconformismo, el del protagonistas, viene a ser un canto a los placeres de la alta burguesía.