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El PCE ahoga en su Manifiesto Programa por la electividad del jefe del Estado

Anabel Díez

El Manifiesto Programa del PCE, cuyo borrador ha conocido este periódico y que sustituirá al que data de 1975, ahoga por la libre unión de los pueblos de España y "la solución del Estado federal como la más idónea para garantizar la convivencia democrática". Asimismo, y dentro de un proyecto global de democratización del Estado, considera conveniente "la electividad del jefe del Estado con la instauración de un sistema republicano".

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El Manifiesto Programa del PCE -Programa Máximo, en el caso del PSOE- es un documento ideológico que recoge las aspiraciones del partido y las fórmulas para alcanzarlas, aunque sin marcarse plazos y con grandes dosis de utopía. Este borrador pasará ahora a ser debatido por la organización en su conjunto al objeto de que se introduzcan enmiendas. Una vez incorporadas las aportaciones de los militantes, el Manifiesto será debatido en la Fundación de Investigaciones Marxistas, en la que teóricos españoles y extranjeros del marxismo darán sus opiniones.Este documento tiene un contenido mucho más moderado que el vigente hasta ahora, elaborado en los últimos años del franquismo. Consta de 14 capítulos, en los que se analizan "los rasgos esenciales del inundo actual", la amenaza belicista, la revolución cientifico técnica, "el ominoso capitalismo", el Tercer Mundo, los países socialistas, la alternativa comunista, la lucha por la paz y la emancipación, la política internacional del PCE, Europa, la sociedad española actual, las propuestas de transformación, las formas de acción política y de alianzas y, por último, un apartado dedicado al partido.

Monarquía o república

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El capítulo sobre "democratización de las instituciones" incluye definiciones sobre la estructura de España que desearían los comunistas. "El PCE reitera la definición de España como Estado plurinacional, compuesto por diversas naciones y regiones, la convivencia de las cuales debe organizarse bajo los principios de libertad, igualdad y solidaridad. De ahí que defendamos el derecho a la autodeterminación y la libre unión de los pueblos del Estado español, y en esta perspectiva propugnamos la solución del Estado Federal como la más idónea para garantizar la convivencia democrática".

Los comunistas tratan la opción entre monarquía o república de una forma delicada, y es en este capítulo donde menos afirmaciones tajantes se encuentran y más apelaciones, sin embargo, a la decisión de la soberanía popular. "El republicanismo del PCE no atañe únicamente a la opción entre monarquía o república: existen tanto repúblicas como monarquías dictatoriales o democráticas. Para nosotros, lo esencial es el pleno desarrollo del principio contenido también en el artículo 1 de la actual Constitución española según el cual la soberanía reside en el pueblo".

"En efecto, las transformaciones a realizar para resolver los problemas más serios de la sociedad española", continúa, "van a requerir la puesta en juego de toda la energía social de las mayorías, su movilización social, política y electoral, democratizando en su avance las instituciones políticas, desarrollando la electividad, control y revocabilidad de todos los cargos públicos, con la primacía de los órganos colegiados sobre los unipersonales a todos los niveles, desde los municipios hasta el Estado central".

"El pleno desarrollo de estos principios conduce a la electividad del jefe del Estado con la instauración de un sistema republicano que para nosotros debería ser una república federal. Pero ello no nos lo planteamos de forma aislada, sino dentro de un proyecto global de democratización del Estado, en el que cada paso deberá plantearse en su momento en función de las necesidades del desarrollo sociopolítico, a fin de ir superando las trabas a dicho desarrollo a partir de la voluntad ampliamente mayoritaria de la población".

El PCE encuentra grandes posibilidades en la Constitución de 1978 e incluso señala que todas las resoluciones de su último congreso caben dentro de lo que la Carta Magna llama "democracia avanzada" en el sexto párrafo de su preámbulo. "Cometeríamos un error muy grave si subestimáramos las posibilidades de transformación de la sociedad que ofrece el desarrollo y aplicación democrática de la Constitución". No obstante, para avanzar hacia "nuevas y más avanzadas metas de progreso social y de libertad", el PCE pedirá la reforma de la Constitución "en la forma establecida por ésta mediante libre decisión por el pueblo en las urnas".

Los comunistas reconocen que los frutos obtenidos por el movimiento obrero no corresponden a los esfuerzos realizados, y ello "por la falta de organización adecuada de las luchas reivindicativas a la falta de solidaridad activa de unos sectores con otros. En definitiva, a la falta de articulación de los movimientos sectoriales en un movimiento alternativo global".

Los comunistas continúan considerando "la lucha democrática de las masas" como factor principal de la acción política. En este apartado y en muchos otros se aprecia con claridad la pluma del actual secretario general, Julio Anguita -que ayer comenzó sus vacaciones en la Unión Soviética-, en su defensa ardorosa de las movilizaciones.

Junto a la lucha de las masas en defensa de sus reivindicaciones se añade la acción política de los representantes de izquierda elegidos para las instituciones. "Ambas formas de acción deben ir ligadas y coordinadas partiendo del principio de que lo fundamental es la acción política de las masas a través de su movilización y su autoorganiz ación".

En el Manifiesto Programa tan sólo se dedica un folio a Izquierda Unida. "Izquierda Unida y las organizaciones y movimientos sociales relacionados con ella, con las formas que de acuerdo mutuo decidan, son la base inicial para construir un poderoso movimiento político popular que debe abarcar a todos los sectores populares de la sociedad española".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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