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Más de 20 trenes diarios recalan ya en los muelles de la nueva estación de Atocha

Más de 20 trenes celebraron ayer la botadura de la nueva estación de Atocha. En su decena de muelles recalan ya varias líneas de cercanías y de corto recorrido, que descongestionarán poco a poco la vieja estación. El inconfundible sabor portuario de Atocha ha dejado paso a una funcionalidad alabada por los cientos de pasajeros que pisaron ayer las instalaciones. Una nueva estación de metro conectada directamente con los andenes y un amplio aparcamiento completan la lista de estrenos. La inversión realizada hasta el momento supera los 6.000 millones de pesetas.

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Embarcadero en dique seco

La nueva estación funcionó ayer a medio gas, a la espera de que el boato oficial dé el visto bueno definitivo el próximo miércoles. Miinistros, concejales y algún que otro representante del Gobierno regional sentirán entonces lo que ayer experimentaron los cientos de pasajeros y curiosos que se dieron una vuelta por la estación. "Esto ya parece Europa", exclamó un pasajero que se quedó con las ganas de estrenar la nueva estación de metro, a escasos metros de los andenes. "La inauguración es a las dos", le dijeron, y mientras, los coches del metro desfilaban por la flamante estación de Atocha-Renfe sin saber si tenían que detenerse o no.Lo que ayer entró en funcionamiento, sin embargo, no es más que la primera fase de la nueva estación de Atocha, que se completará con el cierre a los trenes del viejo vestíbulo de hierro, probablemente este mismo año. Los 10 andenes que entraron ayer en funcionamiento quedarán reservados en un futuro para los trenes de cercanías, mientras que otros muelles que se construirán a la misma altura estarán destinados a los trenes de largo recorrido. Una torre con reloj de 15 metros de altura, a modo de faro, marcará la separación entre el viejo y el nuevo vestíbulo.

Rotonda acristalada

La entrada a la estación es una monumental rotonda acristalada que baña de luz todo el interior. Cafeterías, tiendas y modernos salones de espera surcan el camino hacia los nuevos muelles. De momento, la estación acoge una veintena de líneas, tanto de cercanías como de largo recorrido, que antes finalizaban su itinerario en los viejos y saturados andenes.

El cierre del apeadero de Atocha, construido provisionalmente hace 10 años, ha causado varias irregularidades en el tráfico de trenes, que no quedarán resueltas hasta que la nueva estación entre en pleno rendimiento. El apeadero se cerró el sábado, y entretanto, Renfe ha previsto el desvío de algunas líneas hacia Chamartín y un servicio de autobuses para trasladar a los pasajeros hasta los provisionales puntos de partida.

A partir de hoy comenzarán a prestar servicio en la nueva estación los trenes de cercanías que unen Madrid con Alcalá, Guadalajara, Cantoblanco y Villalba. También partirán con regularidad de la nueva estación las siguientes líneas de largo recorrido: Intercity de Valencia, Talgo de Alicante, Talgo pendular de Málaga, Talgo de Murcia-Cartagena, electrotrenes de Ciudad Real, Jáen, Toledo y Zaragoza, rápido de Alicante-Cartagena, rápido Barcelona-Madrid-Cáceres, los automotores con dirección a Soria, los trenes de Ávila y los convoyes que recorren a diario el llamado túnel de la risa, entre las estaciones de Atocha y de Chamartín.

La estación, que tiene acceso desde la avenida de Barcelona y desde la glorieta de Atocha, cuenta también con un gran aparcamiento de tiempo limitado sobre la cubierta de los andenes. Lo agradecerán los sufridos conductores, que llevan más de dos años sin sitio para dejar el coche por culpa de las interminables obras.

Los viajeros de tren tienen también acceso rápido y directo al autobús a través del intercambiador de transportes construido en la superficie, con numerosas paradas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y de autobuses de cercanías.

A la sombra 'scalextric'

El metro está también de estreno. La línea 1 (Portazgo-plaza de Castilla) cuenta desde ayer con una nueva estación, situada al pie de los andenes del tren. La construcción de la estación de Atocha-Renfe, que hace la número 21 de la primera línea del metro, ha sido posible después de un año de obras que aún mantienen levantada la calle de la Infanta Isabel. Su presupuesto se acercó a los 600 millones de pesetas.

La nueva estación de Atocha forma parte del plan de cercanías de Renfe y del proyecto de reforma de la glorieta de Carlos V, que se inició hace ya cerca de tres años con la desaparición del famoso scalextric y con la recuperación de toda la parte central de la plaza. Con un presupuesto que se aproxima a los 17.000 millones de pesetas, se trata de la operación urbanística de mayor envergadura de todas la emprendidas en la ciudad de Madrid en los últimos años.

Tras la construcción del paso subterráneo que enlaza las calles de la Infanta Isabel y de Embajadores, quedan por ejecutar actuaciones importantes, como la limpieza de la fachada acristalada del viejo vestíbulo y el acondicionamiento de todo su entorno, con gastos cercanos a los 250 millones de pesetas.

Con estas obras se pretende devolver a la estructura de la vieja estación toda la prestancia perdida durante los largos años que permaneció a la sombra del aparatoso paso elevado. Las obras se completan con la limpieza de la vistosa fachada del Ministerio de Agricultura y con la actuación sobre el entorno degradado del Centro Cultural Reina Sofía.

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