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El déficit en infraestructuras acentúa las diferencias regionales y provoca el aislamiento con la CE

"El que regiones como Madrid proyecten escasamente su impacto como motor de crecimiento obedece en buena parte a la existencia de una mala red de comunicaciones. El aislamiento del resto de las regiones españolas y la desvertebración de las economías regionales de Andalucía, Galicia, las dos Castillas o Extremadura entre sí y con respecto a Europa obedece a lo mismo", señaló Luis Ángel Lerena, director del Servicio de Estudios del Banco de Bilbao, en la conferencia pronunciada esta semana en Valencia en el curso Política industrial y territorio, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, dirigido por el catedrático de Economía Aplicada de la universidad de Valencia Segundo Bru.Lerena, que advirtió sobre el hecho de que la dotación de ciertos componentes de las infraestructuras no resuelve aisladamente los problemas del desarrollo regional, dijo: "El dificil acceso a Europa va a constituir, sin duda, un difícil reto para el desarrollo de nuestras regiones pobres".

"Y todavía puede añadirse que la mala red de comunicaciones físicas constituye un obstáculo para el desarrollo de las regiones españolas, pero también frente al desarrollo de las regiones portuguesas, en cuanto dependen de su comunicación por tierra con Europa. Por no hablar de las dificultades que el deficiente desarrollo de las comunicaciones telemáticas está planteando ya a toda la producción española y que está próximo a crear un estrangulamiento de efectos negativos de magnitud difícilmente previsible".

Para Lerena, los problemas de cada una de las regiones y las dificultades para resolver las carencias de potencial endógeno son diferentes. "En líneas generales", dijo, "las políticas de respuesta se concentran en la puesta en valor del capital humano para favorecer su tecnificación y la difusión de las tecnologías; complementariamente habrá que proceder a la creación de una infraestructura física adecuada".

La integración de los centros industriales del norte de España y del Mediterráneo a través del valle del Ebro constituye, ajuicio de Lerena, un exponente claro del papel de una buena infraestructura. "La desarticulación regional del resto de la Península, Portugal incluido, y su incomunicación con Europa, así como la incapacidad de Madrid para difundir su potencial de crecimiento, son otros ejemplos en sentido contrario".

Mercados regionales

El País Vasco y Cataluña, como áreas de industrialización antigua, "han difundido su crecimiento hacia el este y oeste, respectivamente. En el caso catalán ha habido una difusión hacia el sur siguiendo los trazados de las autopistas vasco-aragonesa, catalana y mediterránea; han aparecido así nuevos centros industriales o se han reforzado los existentes en La Rioja, Navarra, Aragón y País Valenciano. La red de comunicaciones por carretera prosigue hacia Europa y ha integrado los mercados regionales con el europeo, creando industrias que producen directa o indirectamente para los mercados exteriores".

Luis Ángel Lerena concluye que las buenas comunicaciones .permiten el tráfico rápido y barato de inputs, productos intermedios y productos finales a los centros de producción y en los mercados finales españoles o extranjeros".

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