Sebastião Salgado

Hasta 1970, este economista brasileño nacido hace 44 años en Minas Gerais había vivido al margen de la fotografía, pero algo cambió desde entonces. "Descubrí la fotografia, me tomó e invadió mi vida". Ocurrió en París. Tres años después publicó su primer reportaje sobre el hambre en el Sahel africano. Ahora, este fotógrafo, reconocido internacionalmente, prepara un amplio inventario gráfico sobre el trabajo del hombre en los cinco continentes. Se ha fijado un plazo de cuatro años, y desde hace unos días se encuentra en Vigo para retratar el esfuerzo de los pescadores gallegos.

La fotografía es la forma de vida, la militancia, el compromiso de este hombre alto y rubio, de expresión cálida y suaves ademanes, siempre dispuesto a viajar desde su cuartel general parisiense donde vive con la que desde hace 24 años es su mujer, una brasileña, arquitecta, que colabora estrechamente con él y "organiza completamente la retaguardia".Fue free-lance, pasó por las agencias Sigma y Garrima, y desde 1979 está integrado en Magnum. Dice que necesita tiempo para adaptarse a realidades y situaciones distintas, para hacer real una y otra vez el argumento de que "el fotógrafo no hace la foto, sino que capta algo regalado por el fotografiado". El tiempo, opina, es la gran ventaja de la fotografla frente a la urgencia y los grandes desembolsos de la televisión. Por eso cree mucho más en la fotografía. Por eso y porque la fotografla debe cumplir su parte en la transformación de la realidad. "Ésta sería la respuesta de cualquier fotógrafo comprometido de un país subdesarrollado. Si yo no hubiera nacido en el Tercer Mundo, probablemente mi fotografia sería otra".

Pero nació en ese punto y conoce las claves de la dominación y la dependencia económica, los efectos del colonialismo y los intentos de superación de la miseria, y no entiende muy bien algunas de las críticas que desde Europa se dirigen a la revolución cubana o al proceso abierto por los sandinistas en Nicara gua. Confía, eso sí, en que habrá algún medio de resolver la contradicción entre desarrollo y subdesarrollo "superando o reduciendo el impacto de la enor me deuda externa y favorecien do la inversión para evitar males mayores".

El año pasado concibió la idea de reflejar el esfuerzo del hombre y decidió retratar el trabajo. La zafra en Cuba y Brasil, la siderurgia en Francia y la Unión Soviética, la alimentación en Estados Unidos, la minería y la celulosa en su país de origen, la pesca en Vigo... "Se trata de plasmar un tipo de trabajo, una manera de producir que está siendo desplazada por la segunda revolución industrial". El resultado serán unas 30.000 fotograflas, de las que seleccionará 300 para publicar un solo reportaje.

Sebastião Salgado disfruta con su trabajo, viaja continuamente, aunque ello le suponga el distanciamiento de sus hijos, dos muchachos de 14 y 8 años que están en Brasil. No le faltan premios y reconocimientos internacionales, pero le importa más su trayectoria. "Eso que viene dado por tus propuestas, no por las revistas ni por el nombre. La tendencia es lo importante". Estos días se mueve entre los pescadores gallegos. Hace poco más de 15 años descubrió que la fotografía era el encuentro con la gente, y no parece dispuesto a darse tregua. Sólo necesita una cámara y tiempo.