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Tribuna
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Biografía

Comprendo que he aplicado el subjetivismo, el filtro de mi propia memoria, pero de la lista de ministros nuevos que me transmite la radio me escoge el nombre de Jorge Semprún, insisto, me escoge. Es posible que el nuevo Gobierno sea en su conjunto una orden de busca y captura contra Nicolás Redondo, pero de momento la satisfacción porque la atormentada biografía de Federico Sánchez, alias Jorge Semprún, o viceversa, tenga algo parecido a un final feliz se me impone a cualquier otra consideración. La guerre est finie. Jorge Semprún ha vuelto a casa después de un exilio intermitente y para él quizá más dificil que para otros porque es un hombre cargado de matices y, por tanto, de angustia de matizar.Y se me ocurre la reflexión sobre el matiz porque la misma radio que me transmite la noticia me aporta una biografía de Jorge Semprún de juzgado de guardia. Que es un señor mayor. Que es un ex comunista. Que será el adorno intelectual del nuevo Gobierno. Que ha ganado el Planeta. Quien haya redactado esta biografía vive culturalmente al día, es decir, no tiene cultura, porque la cultura es memoria y proyecto. Nada se ha dicho de que Semprún fue un resistente adolescente que pasó por los campos de exterminio nazi, que se jugó el buen tipo que tenía y la vida cruzando la frontera una y mil veces clandestinamente cuando Franco estaba en estado químicamente puro, que organizó la resistencia cultura¡ al franquismo en los años cincuenta, que ha sido uno de los más importantes novelistas y guionistas comprometidos de las últimas décadas, que vivió como protagonista destacado la crisis cultural más grave que ha padecido el PCE porque en ella se jugaba el saber o el no saber y, por tanto, el ser o no ser.

Más de una vez me ha irritado la crispación excesivamente poscomunista de Federico Sánchez, alias Jorge Semprún. Pero siempre he vuelto a su biografía para recuperar al hombre admirable, para recuperar el matiz. Que nunca le abandone el matiz. Es el primer consejo que regalo al nuevo ministro.

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