A favor de las secretarias
En el dominical de EL PAÍS de fecha 8 de mayo apareció un reportaje sobre Secretarias Unidas que no he conseguido comprender. Lo grave no es que yo lo haya interpretado adecuadamente, lo verdaderamente grave es que creo que ha sido un tema irrelevante, confuso y probablemente negativo para la imagen de una profesión seria y responsable.La experiencia ejecutiva empresarial privada me ha proporcionado, entre otras cosas, la facilidad de reconocer y admirar una labor bien hecha. El secretariado es una función que merece no sólo un gran respeto, sino que debe ser exactamente definido y comprendido.
El jefe no es una persona a la que se debe sumisión y pleitesía, el jefe es un personaje necesario en toda organización y las funciones auxiliares de apoyo más o menos ejecutivas están delegadas en profesionales de la organización, comunicación adecuada a su entorno y responsabilidad asumida.
Por lo expuesto, está claro para aquellos que sepan entenderlo, y para los que no, al menos que 16 intenten, que la secretaria es una delegación de la profesionalidad, autoridad y ejecución derivada de la responsabilidad al nivel en el que se encuentre, por lo que nunca puede tomarse a este colectivo como si fuera un tema de menor importancia y mucho menos con una imagen absurda, vinculada lamentablemente muchas veces a circunstancias puramente superficiales que no tienen nada que ver con el verdadero espíritu y eficaz función que ha hecho del secretariado en general exclamar algo parecido a: "Una eficaz secretaria es algo no necesario, sino imprescindible".
El problema está en querer entenderlo y además en darse cuenta que se necesita.-
