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EL CUARTO GOBIERNO SOCIALISTA

Corcuera, un obrero en el Gobierno de Felipe González

El sindicalista, "preocupado" ante su nuevo cargo

José Luis Corcuera, de 43 años, antiguo electricista de Altos Hornos de Vizcaya, conoció su designación como ministro del Interior a últimas horas de la tarde del jueves. Se lo comunicó el presidente Felipe González por teléfono a Las Palmas, donde se encontraba en una reunión de trabajo como responsable de política institucional del PSOE.Él asegura que no esperaba formar parte del cuarto Gobierno socialista, y ayer confesaba que el nombramiento le ha producido sorpresa y "sentimientos contradictorios", pero fundamentalmente se mostraba "preocupado" por la enorme responsabilidad a la que tiene que hacer frente.

Este obrero vasco, primer ministro que no posee ningún título universitario, tiene una formación autodidacta. Él suele decir que aprendió economía y derecho negociando el Acuerdo Nacional de Empleo (ANE) y discutiendo otros pactos al lado de gentes como el entonces vicepresidente Fernando Abril Martorell.

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No quiere dar a conocer cuáles son las prioridades que se marca como responsable de Interior hasta que no sea formal su toma de posesión el próximo martes, pero confía en no defraudar la confianza que ha depositado el presidente del Gobierno en él.

Corcuera espera que el cargo no cambie nada su vida, aunque ayer mismo le costó mucho convencer a su familia -tiene dos hijas- de que los deseos, a veces, se corresponden con la realidad. Su mujer, Margarita, conoció la designación de Corcuera como ministro del Interior a través de una periodista, y no pudo ocultar la preocupación que le producía que su marido sea el responsable de una cartera tan difícil y con tantos problemas como la de Interior.

Sus costumbres, de momento, no han cambiado y aún no cuenta la familia con ninguna protección policial a la puerta de su casa. Ayer, cuando José Luis Corcuera regresaba de Las Palmas, rehusó utilizar la salida de autoridades del aeropuerto de Barajas.

Se sienta a partir de la próxima semana en la mesa del Consejo de Ministros trás multiples intentos de Felipe González por conseguirlo. Al presidente del Gobierno le ha costado muchos esfuerzos convencer a Nicolás Redondo de que le quite el veto. Hace poco más de un mes lo consiguió con la condición de que ocupara una cartera que no tuviera relación directa con la UGT.

De esta forma, José Luis Corcuera deja de ser un ministro en la sombra, papel que ha desempeñado en las últimas semanas con la cobertura formal del papel de mediador entre el Gobierno y las centrales sindicales para negociar la recolocación de los trabajadores excedentes de los astilleros Euskalduna y Astano.

La consecución de un pacto que acabó con dos conflictos enquistados sirvió para que una larga lista de comités de empresas públicas llamara a la puerta de su despacho para que solucionaran sus problemas y mediaran ante la Administración.

A partir de ahora tendrá multiples ocasiones de poner de nuevo a prueba su merecida fama de duro negociador, que logra todos los pactos que se propone.

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