Francisco Palomino
cuñado del presidente del Gobierno, Felipe González, comparte ahora su profesión de empresario del metal con la de patrón de un restaurante que acaba de abrir en Sevilla. Palomino ha esperado hasta el último momento para abrir el restaurante porque quería tener todo en regla -permisos y licencia de apertura- "por el qué dirán", ya que todavía no se ha repuesto del susto que le proporcionó semanas atrás Izquierda Unida al acusarle de tráfico de influencias. El restaurante está especializado en cocina Italiana, si bien los amigos de Palomino piensan que donde verdaderamente está el arte culinario es en las croquetas que elabora su mujer, Lola González, y que han adquirido fama de exquisito manjar. Además de Felipe González, que se las reclama cada vez que comparte con ellos unos días en Sevilla, las croquetas de Lola González han pasado ya por el paladar de los mismos Reyes de España en un reciente viaje a Sevilla.
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