Jomeini declara la "guerra total" a Estados Unidos y a sus aliados

El líder espiritual de Irán, ayatolá Jomeini, llamó ayer a una "guerra total" contra Estados Unidos y sus aliados, en respuesta al derribo de un avión comercial iraní en el golfo Pérsico en el que murieron 290 personas a bordo. "La guerra entre la opresión y el islam ha comenzado", dijo Jomeini. El presidente iraní, Alí Jamenei, por su parte, calificó de asesino al presidente Ronald Reagan, y dijo que el desastre del Airbus iraní, abatido el domingo por misiles disparados por el crucero Vincennes, "será vengado con la misma sangre derramada sobre los cielos del Golfo".Las embajadas norteamericanas extremaron ayer sus medídas de seguridad por temor a represalias y actos de violencia contra intereses de Estados Unidos en el mundo.

Por su parte, el presidente norteamericano reiteró su "pesar" por el accidente -"la terrible tragedia humana"-, al tiempo que justificaba la acción del capitán del buque de guerra, Will Rogers, y defendía la continuidad de la presencia militar norteamericana en el Golfo para proteger a los barcos comerciales que transitan por esa estratégica zona económica.

La reacción internacional por este desastre aéreo fue de consternación y repulsa generalizadas, aunque sin condenas tajantes a Estados Unidos. El Gobierno soviético, que tardó más de 24 horas en emitir una opinión, hizo público un comunicado señalando que la tragedía "no fue accidental". El portavoz oficial del Ministerio de Exteriores soviético, por su parte, añadió que la URSS " no desea aullar", como lo hiciera Estados Unidos cuando en septiembre de 1983 un jumbo surcoreano fue derribado por cazas soviéticos cuando sobrevolaba territorio soviético, muriendo sus 269 ocupantes. El Reino Unido ha sido el único país que ha apoyado abiertamente la acción ¡norteamericana. El Gobierno español, al tiempo que lamentaba el suceso, evitó la condena directa del mismo, calificado por el ministro de Exteriores como de "trágico error". En Madrid, un artefacto de pequeña potencia hizo explosión en una calle cercana a la Embajada de EE UU, en aparente represalia por el derribo del Airbus iraní.

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