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Juicio por el despido de 18 trabajadores que denunciaron intoxicaciones por mercurio

La defensa de los 18 trabajadores despedidos de la empresa Urquima solicitó la nulidad radical del despido para exigir su readmisión, sin admitir indemnizaciones, en un maratoniano juicio de nueve horas celebrado ayer en la Magistratura de Trabajo número 7. Los defensores alegaron que "la intoxicación continuada de los trabajadores por mercurio, selenio y benceno fue una provocación de la empresa".

Los abogados presentaron pruebas documentales del Departamento de Trabajo de la Generalitat con los análisis clínicos de 26 empleados de Urquima, que son calificados de inútiles para determinados trabajos a causa del envenenamiento sufrido. Los abogados de la empresa alegaron que los despidos eran procedentes, porque se produjeron como respuesta a actos de coacción y violencia de los trabajadores durante la huelga de los pasados días 10 y 17 de febrero. Los despedidos pertenecen en su mayor parte a CC OO, y varios de ellos eran miembros de los comités de empresa y de seguridad e higiene.Los trabajadores despedidos presentaron hace dos semanas una querella criminal contra Urquima, dedicada a la fabricación de materias primas para la empresa farmacéutica Laboratorios Uriach, por delitos continuados contra la salud e higiene en el trabajo y por lesiones. El abogado de los despedidos, Fernando Giménez, declaró que "hay trabajadores que están podridos por dentro a causa de una intoxicación continuada".

La responsable de salud del Ayuntamiento de Mollet, Roser Nogués, que ha atendido a estos trabajadores, señaló que "a uno se le cayeron los dientes, cuatro tienen pigmentación azul en la cara, dos sufren temblores, otros pueden sufrir afecciones en las vías respiratorias e insuficiencia renal. En muchos casos se ha detectado irritabilidad, trastornos digestivos y de sueño, debidos al mercurio y selenio". A estas afecciones hay que añadir los efectos del benceno, sustancia altamente cancerígena, y que aún no han sido evaluados.

La defensa arguyó que la dirección de Urquima había sido reiteradamente advertida por la Inspección de Trabajo sobre sus deficientes condiciones de higiene y seguridad. En noviembre de 1.987, la empresa cerró provisionalmente una línea de producción de timerosal. La Generalitat dio unos plazos para una renovación técnica que evitase los riesgos para la salud que, según los abogados de los trabajadores, no se han aplicado aún.

Un documento del Departamento de Trabajo fechado el 8 de febrero señala que el examen biológico practicado a nueve trabajadores que controlan la actividad laboral en la línea de fabricación de timerosal ha detectado "niveles de impregnación elevados que sobrepasan los valores admisibles". A causa de ello, acordó excluir de su puesto de trabajo a Emilio Ocaña.

Camacho asistió al juicio

El presidente de CC OO, Marcelino Camacho, asistió al juicio y manifestó que "es el atentado más grave que recuerdo en mis 55 años de sindicalista a los derechos básicos de la vida, el trabajo y la huelga. Es vergonzoso que una empresa que ha sido reiteradamente advertida de manejar sustancias altamente tóxicas no reaccione". Camacho añadió que "espero que esta sentencia sea clara y ejemplar a favor de los trabajadores. No puede ser que unos pocos señores, sólo para ganar más dinero, estén acabando de este modo con la salud de sus empleados".Unas 500 personas se reunieron ante el edificio de Magistratura para apoyar a los despedidos. Entre ellos, había un grupo de 53 delegados de Químicas de Madrid. Al juicio asistió como observador Angel Cárcova, ponente de los asuntos de seguridad laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

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