El consumo de opio y morfina resurge en China
Un cartel junto a la torre del Tambor, en Pekín, muestra a un joven colocándose con una pipa y una inscripción contra los peligros del opio y la morfina. La República Popular China, que en 1952 dio por eliminada la opiomanía, reconoce hoy el resurgir de esta adicción y la existencia de un contacto chino en el tráfico internacional.
"El vicio de los narcóticos penetró en China favorecido por los contactos fronterizos y las actividades turísticas", publicó el pasado día 16 el Diario del Pueblo, que sostiene asimismo que "en las zonas limítrofes un número escaso de personas se han vuelto drogadictas".No se sabe si esta confesión se refiere a una real agravación del consumo de drogas o si, simplemente, se propone iniciar una ofensiva contra minorías étnicas en las fronteras del Asia central o del Asia del Sureste para las que el consumo de ciertas drogas, como el hachís, es habitual y tolerado.
Más tierra adentro, en Pekín, por ejemplo, las pastillas Touteng Fen (polvos contra los dolores de cabeza) causan verdadero furor desde que se sabe que en su composición entra la morfina, y algunos turistas refieren el caso de taxistas que les ofrecieron opio.
China produce anualmente 13 toneladas de opio, 795 kilogramos de codeína y ocho kilogramos de morfina con fines terapéuticos; numerosas leyes se vienen promulgando para reprimir el cultivo y la comercialización de estupefacientes con otros usos. Desde 1985, además, las autoridades reconocen la existencia de una China connection, proveniente del triángulo de oro (en Birmania), con destino a Hong Kong y EE UU.
Recientemente, un sonado caso puso al descubierto un alijo de 3,3 kilogramos de heroína envuelta en preservativos y disimulada en los vientres de peces vivos destinados a un acuario de San Francisco.
Según informó ayer el Diario del Pueblo, "desde 1981 las aduanas han decomisado 233 kilogramos de opio, y 40 traficantes de nacionalidad extranjera fueron juzgados". A fin de hacer frente a este recrudecimiento del tráfico, las autoridades de Pekín propusieron en 1987 a las Naciones Unidas la creación de un programa antiopio para China.
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