La cantera
Carmen Senra -a quien se considera introductora de la danza neoyorquina en Madrid- ha formado a toda una generación de bailarines en las técnicas tradicionales de la modern- dance y de la jazz-dance, antaño muy alejadas en sus enfoques y en los escenarios en que se producían -una era la seria y otra la comercial-, pero que cada vez tienden más a trabajarse juntas. El grupo actual de Senra, formado hace apenas dos años, es un reflejo de esa cantera y revela un nivel de entrenamiento y profesiona lidad muy alto.Ofrece una imagen atractiva y desenvuelta, desplegando un tipo de danza energética y sensual muy poco frecuente en los escenarios españoles. Si la mayoría no desarrolla un movimiento elocuente y personalizado -la propia Senra, Gloria García y alguno de los chicos son la excepción- quizá se deba a que la coreografia, talón de Aquiles de ésta y tantas otras compañías, no siempre se lo exige.
Carmen Senra, Compañía de Danza
Personal e intransferible (Senra varios); Made in Spain (Julie West Carl Schultz); Locura a dos (Senra Fanshave, Beethoven); Espacio definido (Senra / Gancedo). Dirección:Carmen Senra. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 22 de junio de 1988.
Coreografías nuevas
Además del Personal e intransferible, que ya se había presentado el año pasado en Madrid, el programa ofrece dos coreografias nuevas de la propia Carmen Senra y una -Made in Spain- de la coreógrafa canadiense Julie West, que permite a los cinco chicos de la compañía mostrar sus habilidades, no obstante la criminal vestimenta, con gracia y buen estilo.Espacio definido, la pieza de Senra que cerraba el programa, como Personal e intransferible, supone un esfuerzo consciente de crear una dinámica arrastrante dentro de una estética deliberadamente actual, consiguiendo algunas variaciones interesantes, pero sin profundizar en el lenguaje coreográfico ni en la apropiación del espacio, y rozando a veces lo vulgar.
Finalmente, la coreografia Locura a dos -que la propia Senra baila con Rory McDermott y que arranca con la impresionante intervención en escena de la soprano Marta Laurito- es una pequeña pero brillante muestra de lo que Carmen Senra puede hacer cuando deja de preocuparse por estar a la última.
El espectáculo en su conjunto fue calurosamente acogido por un público entusiasta que llenaba el aforo del madrileño Centro Cultural de la Villa.
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