_
_
_
_

El 'bache' de popularidad de Guerra afecta a la preparación de la crisis, según dirigentes socialistas

Alfonso Guerra sufre un bache de popularidad, que se refleja en encuestas reservadas en poder de la Moncloa. El vicepresidente del Gobierno permanece prácticamente retirado del primer plano de la vida pública desde el mes de abril, mientras un grupo de dirigentes socialistas, algunos de ellos muy vinculados a Guerra, mantienen un alto nivel de actividad. El relativo ocultamiento de Guerra parece influir en los preparativos de la crisis ministerial, que González alumbrará en las próximas semanas, según dirigentes socialistas.

Las pasadas vacaciones de Semana Santa han tenido consecuencias políticas inesperadas. No sólo Alfonso Guerra ha sufrido una baja de popularidad, como consecuencia del inciden te del Mystere, sino que dos miembros del Ejecutivo, José Barrionuevo y Javier Sáenz Cosculluela, han mantenido un enfrentamiento con motivo de las responsabilidades deriva das del gran atasco de tráfico en la operación retorno de la Se mana Santa pasada. La regulación del tráfico depende del Ministerio del Interior, mientras que el estado de las carreteras es cuestión de Obras Públicas. Ambos departamentos se han acusado de falta de coordinación. Nadie duda, en el Gobierno ni en el PSOE, de que Alfonso Guerra continuará como vicepresidente del Gabinete de Felipe González. No obstante, estudios reservados, en poder de la Moncloa, apuntan a Guerra como uno de los hombres más tocados por la baja de popularidad del Gabinete socialista. Encuestas ajenas al Ejecutivo, realizadas a finales del año anterior, reflejaban ya ese hecho, pero, el incidente de principios de abril no hizo sino acentuar la tendencia. La influencia de éste último en la crisis puede ser más limitada, pero al mismo tiempo, González le necesita para la próxima etapa.

Espacio más reducido

El vicepresidente se ha refugia do en la cocina del Ejecutivo -los asuntos de la Comisión de Subsecretarios y cierta presencia en el Parlamento-, así como en la dirección de actividades del partido, como el Programa 2.000. De hecho, el espacio de decisiones de Guerra se ve cada vez más reducido. El Ministerio de Economía y Hacienda, bajo la dirección de Carlos Solchaga, ha adquirido una influencia muy amplia.Guerra presidió ayer la comisión ejecutiva del PSOE, que no se reunía desde hacía tres semanas. No asistió Felipe González. Miembros de la ejecutiva federal del PSOE creen que el secretario general explicará el reajuste a la dirección del partido, antes de hacerla pública.

La Ejecutiva del PSOE, "que no trató para nada de la crisis", según un asistente, ha convocado para el 22 de julio la primera reunión del nuevo Comité Federal del partido, máximo órgano de dirección entre congresos.

Felipe González quiere que Guerra siga siendo el vicepresidente del Ejecutivo, mientras Carlos Solchaga debe continuar al frente de la política económica, a la vez que consolida su posición de interlocutor del Gobierno ante el mundo de los negocios. Ésta parece la solución salomónica preferida por Felipe González respecto a los hombres fuertes de su equipo, que, salvo complicaciones inesperadas -a las que González teme desde que Miguel Boyer le puso en dificultades durante la crisis de 1985- darán un tono continuista al nuevo equipo de Gobierno.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Una cierta sensación de nervios y expectación volvió ayer a la alta Administración. La mayoría de los ministros, y desde luego los viceministros en expectativa de ascenso, desconocen las intenciones concretas de González respecto a ellos.

Circula la teoría de una crisis en breve plazo (diez o quince días), con posible ampliación del número de ministros sobre el actual, para lo cual el jefe del Ejecutivo dispone de amplias facultades. En ámbitos del PSOE se considera segura la continuidad de ministros como Joaquín Almunia, Manuel Chaves y Carlos Romero. Personas duras y resistentes a los conflictos: éste parece el perfil del Gabinete que González parece desear.

El equipo de altos cargos de Interior está convencido de su propia permanencia, y en todo caso esperan la continuidad del ministro, José Barrionuevo, al frente de este departamento. En otros ámbitos del PSOE se afirma que la permanencia ocontinuidad de Barrionuevo es un asunto que González desligará, posiblemente, de un reajuste general.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_