Irene Montero,
una ciudadana sueca de origen hispano, aprovechó una semana en que la Biblioteca Central de Estocolmo dejó en suspenso la aplicación de la multa a los morosos en la devolución de los libros en el plazo indicado para devolver un ejemplar del libro Las mil y una noches que su madre había cogido prestado allá por los años veinte.
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