El jefe del gabinete, Howard Baker, abandona la Casa Blanca
Ronald Reagan anunció ayer la pérdida de su principal colaborador, el jefe del gabinete presidencial, Howard Baker, que abandona la Casa Blanca por "motivos personales" para dedicar más tiempo a su mujer y a su madre, ambas hospitalizadas. Baker, el prestigioso ex senador que puso orden en una cáotica Casa Blanca tras el desastre del Irangate, será sustituido el 1 de julio por su segundo, Kenneth Duberstein, un abogado de 44 años considerado un hábil estratega y un buen gestor, pero sin una biografía política relevante.Howard Baker, de 62 años, tuvo en el pasado aspiraciones presidenciales, que dejó a un lado para suceder al polémico Ronald Regan en la Casa Blanca. últimamente se ha especulado con la posibilidad de que este competente y popular legislador podría ser elegido por Bush como vicepresidente. Pero, oficialmente, Baker, que nunca ha estado completamente a gusto con Reagan y con el ambiente de la Casa Blanca, se reincorpora a su profesión de abogado en su Estado natal (Tennessee) y quiere tiempo libre para atender a su familia.
Baker fue líder de la mayoría republicana en el Senado entre 1981 y 1985, consiguiendo la aprobación de las reaganomies por el Congreso. Aunque ni por ideología ni por temperamento es parecido a Reagan, el presidente acudió a este profesional cuando el Irangate amenazaba, en el invierno de 1987, con arrastrar a la presidencia.
Baker, que ocupa su cargo desde febrero de 1987, restableció las relaciones con el Congreso, prácticamente interrumpidas por el Irangate, y fue importante a la hora de suavizar la posición de Reagan hacia la URSS. El presidente elogió ayer la "constante fuerza por la paz" representada por Baker, al que concedió el mérito del histórico tratado INF, de eliminación de misiles de medio alcance, y el éxito de las dos últimas cumbres con Gorbachov, en Washington y Moscú.
El director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Thomas Griscom, un hombre de Baker que se responsabilizó de la preparación de la cumbre de Moscú, también deja su cargo.
Es el final de la Administración, y, lógicamente, con un presidente interino y muerto políticamente, sus principales colaboradores buscan salidas antes del último acto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.