La Fundación Dalí defiende a los colaboradores del pintor
El patronato de la Fundación Gala-Salvador Dalí cerró anteayer filas en defensa de los tres colaboradores del pintor -Antoni Pitxot, Miguel Doménech y Robert Descharnes-, a los que se atribuyó la responsabilidad de las presuntas irregularidades en la gestión económica de la institución denunciadas en la denominada Carta de los diez.
"Las cuentas de la entidad han sido aprobadas cada año por el patronato de la fundación y revisadas por el Protectorado General de Fundaciones con elogios y sin ningún tipo de reserva", señala un comunicado difundido tras una reunión celebrada anteayer en Torre Galatea, residencia del pintor Salvador Dalí.El encuentro fue de puro trámite; los patronos, según confesaron en privado algunos de ellos, soportaron con resignación el detallado informe del secretario general, Josep Vergés, sobre la marcha económica de la entidad. Al decir de Vergés, todo marcha perfectamente. En los cinco primeros meses de este año el número de visitantes (unos 118.000) creció un 8% respecto al mismo período del año anterior. La economía de la ftindación tambien goza de excelente salud.
En cambio, las obras de remodelación de la Torre Galatea, que permitirán una nueva ordenación del teatro-museo Dalí, sufren un ligero retraso 'informó Jordi Bonet, representante de la Generalitat en la fundación. Es el propio Dalí, según Bonet, el que, molesto por los ruidos que provocan los albañiles que trabajan debajo de sus habitaciones, ha ordenado paralizar las obras en alguna ocasión. Pese a todo, la reforma estará lista a finales de este mes, dijo.
A la reunión asistió, por primera vez, el director general de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández León, que dio su visto bueno, como el resto de los convocados, al comunicado de apoyo a los tres patronos. Hernández León llegó a Figueres con tanta prisa que no pudo participar en la breve rueda de prensa celebrada al final del encuentro; tampoco asistieron Pitxot ni Doménech. Descharnes se encuentra en Estados Unidos. La nota señala que, aunque la Carta de los diez pueda parecer una muestra de apoyo a Dalí, es en realidad un "ataque al maestro".
