Tráfico de influencias

Hace unos días le envié una carta en la que, irónicamente, me refería a doña Pilar Urbano. La carta usted no la publicó. Normal. Pero desde entonces han ido apareciendo en su diario dos cartas en las que se pone a parir al señor Umbral, otra en la que una señorita se cachondea del hijo de Múgica y una más -del hijo de Múgica- en la que éste insulta a la tal señorita. Ante esto, ¿me puede decir qué baremo utiliza EL PAÍS para dar el visto bueno o no a una carta?Ya sé que no es corriente que un lector pida contestación a un periódico, y menos, claro, que se le complazca, pero tengo para mí que este caso bien lo merecía. De así no hacerlo, siempre me podrá quedar la duda de que ustedes teman que doña Pilar los implique también en su dichoso tráfico de influencias. Y sería triste-