En favor de Marciano Delgado
Marciano Delgado no podía tener un nombre más premonitorio: cocinero en paro, condenado a adelgazar y en la cárcel por poner reparos -se sentirá habitante de Marte.No hay derecho, ni derecho que pueda condenarlo. ¡Que sea indultado y que se le den reparaciones! Yo pido, con todos los reparos que el asunto requiera, que Su Majestad el Rey intervenga en su favor, que tenga un gesto de piedad. Al fin y al cabo este indefenso ciudadano no ha hecho más que descargar parte de la bilis y de la adrenalina de la mucha que tendrá almacenada, y que no le sirve precisamente de alimento.
Un Estado de derecho nunca debe anteponer las leyes a las personas. De esta verdad jurídica hay además jurisprudencia.
¡Piedad y consideración para este hombre! ¡Ya está bien de cargar siempre sobre las mismas pobres gentes!-
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