Los trabajadores del Vaticano se quejan de la política salarial

El papa Juan Pablo II ha rechazado 50 millones de liras (unos cinco millones de pesetas) que los trabajadores del pequeño Estado del, Vaticano le habían dado para que lo entregase a los que sufren hambre, y que era el fruto de una curiosa huelga reivindicativa realizada meses atrás, organizada por la Asociación de Trabajadores Vaticanos, que es menos que un sindicato pero tiene afiliados a casi todos los trabajadores seglares del Vaticano. La huelga consistió en considerar tres horas de una jornada como no trabajadas y ordenar a la administración que los salarios de esas horas fuesen entregados al Papa como beneficencia.Se trataba de un gesto provocativo contra la administración vaticana y que ahora Juan Pablo II ha devuelto al remitente con una carta del secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli, en la que se lee que "no es posible aceptar el ofrecimiento de los trabajadores que han participado en la huelga, a pesar de la nobleza de la finalidad a la que el dinero debía ser destinado".

La protesta iba dirigida contra la última decisión de las autoridades vaticanas de pagarles el sueldo de ahora en adelante con un mes de retraso para poder así ahorrar un poco dado el estado desastroso de las finanzas del Papa. El boletín de la asociación ha publicado la carta de Casaroli, mientras con un editorial critica durísimamente la política salarial usada con ellos por el Vaticano.