Desconcierto político en Pakistán, por la súbita convocatoria de elecciones
La clase política paquistaní está desconcertada con la súbita decisión de presidente, general Mohamed Zia Ul Haq, de disolver la Asamblea Nacional. Corrupción, nepotismo y mala administración fueron aducidos por Zia el dominio, en un discurso a la nación, para poner fin a los tres años de mandato del primer ministro, Mohamed Jan Junejo, y su Gabinete. Las acusaciones son compartidas por la mayoría de los paquistaníes, pero una gran parte de éstos responsabiliza a los ocho años de ley marcial sufridos con Zia del caos existente.
La cautela reina en la oposición, que espera que Zia desvele las reglas bajo las cuales se celebrarán las elecciones generales para pronunciarse sobre la actuación del general en jefe de las fuerzas armadas paquistaníes y presidente de esta República islámica. El temor a que Zia trate de perpetuar su poder y de endurecer el régimen a través del fundameritalismo islámico es patente entre los partidos políticos.La Prensa paquistaní recoge las declaraciones de Sadar Abdul Quayum Jan, presidente del disputado Estado indio de Jarnu y Cachemira, de que Zia debe volver al sistema presidencial de Gobierno. "El general Zia tiene todas las cualidades que necesita un presidente, y espero que se convierta en presidente de por vida y que dirija siempre el país", señala Quayum Jan.
"Es injusto acusar sólo a Junejo de la actual situación de la nación. La triste verdad es que la creciente inestabilidad, el desorden, el alto nivel de inflación y el aumento de la violencia entre las diversas comunidades son el resultado directo de una política inepta formulada conjuntamente por Zia y Junejo", afirma el secretario general del opositor Partido Popular de Pakistán (PPP), el general retirado Tika Jan.
Tika Jan señala que no tiene razón alguna para defender a Junejo o a su gente, pero que Zia "no debe olvidar" que fue él quien llevó a los trabajadores políticos "a las cárceles y a las celdas de tortura".
Junejo, que se entrevistó el lunes con el presidente, después de que éste comunicara antes a la Prensa que a su primer ministro la decisión de destituirle se ha limitado a indicar que la actuación de Zia, si bien es arbitraria, no ha dejado de ser constitucional.
Oportunidad histórica
Los observadores recuerdan que cuando Zia, en 1977, dio el golpe de Estado contra el primer Gobierno electo en Pakistán -el de Zulfikar Ali Bhuto, a quien posteriormente envió a la horca- prometió, como ahora, elecciones en tres meses. Sin embargo, éstas se realizaron a los 90 meses en lugar de a los 90 días.La líder del PPP, Benazir Bhuto, ha indicado que, de no anunciarse una fecha precisa para los comicios y de no celebrarse éstos de forma absolutamente imparcial, "el país se sumirá en una crisis más profunda de la que padece en la actualidad". Su madre, la begum (honorable viuda) Nusrat Bhuto, podría volver a Pakistán en un futuro próximo para encabezar la camparía electoral del PPP y arrastrar tras de sí a la facción opuesta a Benazir.
En su editorial, el influyente diario Dawn afirma que Zia, "al disolver la Asamblea Nacional, ha asumido personalmente la total responsabilidad de resolver la crisis del país". Dawn, que se edita en la sureña provincia de Sind, cuya capital, Karachi, sufre un enfrentamiento étnico creciente entre sindis, mohajirs y patanes, sostiene que "el federalismo y la democracia son absolutamente vitales para levantar Pakistán".
Todos los partidos políticos han convocado a sus comités para analizar la situación. Según el Partido Nacional del Pueblo (NNP), se necesitaría retrasar las elecciones hasta dentro de un año para -después de ocho años de ley marcial y tres de Gobierno sin partidos- dar tiempo a organizarse y celebrar unas elecciones libres en pie de igualdad entre todas las fuerzas políticas. Sin embargo, nadie parece dispuesto a perder esta oportunidad histórica, en caso de que las intenciones de Zia sean sinceras en cuanto a convocar al pueblo a las urnas.
Las elecciones de febrero de 1985 se realizaron sobre la base de personas independientes y no de partidos, pero Junejo tardó menos de un año en revitalizar la Liga Musulmana, aunque para ello utilizara dudosos métodos de influencia.
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