La incertidumbre política, origen de la crisis bursátil en Chile

Los precios de las principales acciones en la Bolsa de Santiago han llegado a niveles inferiores a los registrados durante el crash bursátil y el valor del dólar paralelo se ha elevado casi el 20% este año, por el temor de especuladores e inversionistas a una eventual derrota del general Augusto Pinochet en el plebiscito. Los motivos económicos no bastan para explicar la intranquilidad de las expectativas, alteradas a pesar de que durante el primer trimestre las empresas obtuvieron beneficios y el producto interior bruto creció un 5%.Fuentes del Banco Central admiten que la "inquietud política" presiona el dólar hacia arriba. El presidente de la bolsa de comercio, Eugenio Blanco, dijo que la inestabilidad se acentuará a medida que se acerque el plebiscito.

Los valores de la bolsa, que estaban recuperándose del lunes negro, declinaron con altibajos a partir de marzo. El jueves pasado, el representativo índice de precios selectivo de las acciones (IPSA) cerró en 92,85 puntos, casi un 5% menos que el 19 de octubre de 1987, día del crash, en que el cierre fue de 97,58 puntos.

La caída comenzó en marzo, al regreso de vacaciones de verano, cuando hizo efecto el acuerdo de 13 partidos para votar no a Pinochet. Las encuestas, que muestran al no cerca de 12 puntos encima del sí, y la posibilidad de que el dictador sea derrotado sensibilizaron a los especuladores. Un dólar paralelo, que en enero se cambiaba en el paseo Ahumada del centro de Santiago por 245 pesos, el viernes valía 288 pesos, esto es, 44 pesos más que su precio oficial.

Los empresarios y agentes de bolsa, en su mayoría pinochetistas, culpan de la incertidumbre a los programas económicos opositores y también reprochan a la derecha por su reciente división interna. Los opositores reconocen en privado que la inquietud se debe, entre otras cosas, al avance del no. Pero en público no admiten esto, para evitar la impresión de que después de un triunfo opositor viene el caos, como dice Pinochet.

Un economista socialista, Jaime Estevez, atribuye la intranquilidad a una "campaña falsa del terror, sobre lo que pasaría si gana el no, que asusta a los mismos que la diseñaron. Han terminado creyendo su propia versión, algo típico en dictaduras". Entre los inversionistas extranjeros, sin embargo, el fenómeno no inquieta y aprovechan las facilidades que da el régimen y los bajos precios de las acciones.

El programa económico de la oposición no ataca a la inversión extranjera y garantiza estabilidad de la propiedad privada. Pero su moderación no fue suficiente para calmar a los empresarios locales. La incertidumbre económica ocurre sólo en la city santiaguina, porque la mayoría no posee dólares ni acciones para especular y sus salarios tienen un nivel inferior al de 1980.