Un desierto y un pequeño oasis.

El protagonismo del toro en la corrida concurso aconseja al cronista trocar su papel habitual por el de revistero al uso decimonónico.Primero de Victorino Martín, muy bien presentado. No se arranca de largo. Tardea. Dos varas. La primera empujando. En la muleta con nobleza y sosería. Terminó apagado. Lo toreó Manzanares con pulcritud sobre la derecha, sin que luciera por la carencia de emoción del toro.

Segundo, de González Sánchez-Dap. De aceptable presentación, Bizco. No se arrancó de largo en el caballo, en sus tres entradas. Se salió suelto en las dos últimas. Llegó a la muleta incierto y probó, defectos acentuados por la desconfianza con que lo, trató Ortega Cano.

Tercero, de Jandilla. De aceptable presentación. Tomó una vara y dos picotazos, empujando., Dobló dos veces las manos. Tres estatuarios de Jerezano inician la faena y el toro parece alegre, pero la escasez de fuerzas le impide desarrollar lo que pudiera llevar dentro. Se vino abajo totalmente, sin que los intentos del Jerezano pudieran tener buen fin.

Cuarto, de Torrestrella. Bien presentado. Se arranca de lejos hasta cuatro veces. Tomando otros tantos puyazos, si bien tardea en la embestida. Alegre en banderillas llegó a la muleta muy apagado, debido a un excesivo castigo. Manzanares lo toreó al natural sin temple. Otra serie con la derecha más templada. Un molinete y nueva tanda de naturales. Algunos espectadores piden el indulto del toro. Se ovacionó fuertemente en el arrastre. De todas formas un oasis en el desierto que fue el resto de1a corrida.

Quinto. De Herederos de Baltasar Ibán, bien presentado. Se quiere quitar la primera vara. Dobla las manos y se cierra el tercio con un picotazo. Ortega Cano lo torea aseadamente con la mano derecha. El toro llega a la muleta muy quedado. Cuando Ortega lo intenta con la izquierda, el toro ya no embiste.

Sexto. De Gabriel Rojas. Bien presentado. Dos varas con ruido de estribos. Dobla las manos. El toro es noble pero manso. Llega a la muleta del Jerezano sin movilidad alguna. Sólo le cabía al Jerezano entrarle a matar.

El jurado ha otorgado el premio al toro más bravo a Sueño mío de Torrestrella. Desde luego en el país de los ciegos, el tuerto es rey. A Manzanares se le ha premiado también con el catavino de plata.